COLUMNA INVITADA

El diálogo pendiente con el Campo

Esta es una deuda histórica del Estado que aún se debe subsanar, vital en el futuro para consolidar a la 4T

OPINIÓN

·
José Narro Céspedes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El principal soporte de un país soberano es la alimentación de su pueblo. México, entre otros temas urgentes para el campo, requiere reconstruir su Ley Agraria que termine con la precarización de la tierra y la vida en el campo que impulsó el régimen neoliberal.  

Muchos de los movimientos sociales, urbanos, indígenas y campesinos han construido el movimiento de regeneración nacional en búsqueda de la democracia y la paz social. Los objetivos de los movimientos sociales siempre han sido que México se vuelva un país próspero, justo y de justicia social.

Durante el primer sexenio de la Cuarta Transformación, encabezado por nuestro presidente López Obrador, la política de cero contacto con las organizaciones sociales se caracterizó por la búsqueda de terminar con la lógica de la intermediación. Esto se explica porque el modelo neoliberal, en buena medida, corrompió la lógica de muchas organizaciones sociales.

Muchas organizaciones y centrales campesinas y urbanas se crearon desde el gobierno, en la época del PRI como partido único, con el fin de garantizar que la movilización social respondiera a los intereses del gobierno en turno, y que las demandas populares y sociales se limitaran a las que el partido de Estado aceptaba o decidía legitimar.

De esta manera, la lógica dominante de muchas organizaciones campesinas, obreras y populares fue la de la corrupción. Los líderes sindicales pasaron a tener el mote de sindicalistas “charros”, que se enriquecen a costa del erario público, pero aún más grave: de las necesidades de las bases sociales de sus organizaciones.

No obstante lo anterior, ciertamente no todas las organizaciones sociales somos iguales. De la misma manera en que en los partidos políticos existen muchas personas que se dedican a reivindicar el noble oficio del servicio público, existen organizaciones sociales que nunca nos hemos vendido al régimen.

Al contrario, muchas de las organizaciones sociales que en México han resistido al embate del neoliberalismo y sus actores, también han construido la Cuarta Transformación, por la convicción de que es necesario construir un país de justicia e igualdad.

En este Segundo Piso de la Transformación, que está por comenzar, las organizaciones sociales que han  luchado por cambiar el régimen requieren de la capacidad de dialogar con la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, para avanzar en la agenda social. No desde la lógica anterior, sino desde la de la proposición de políticas públicas que beneficien a las personas indígenas, a los obreros y a los campesinos del país.

En lo particular, como dirigente de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala, que se ha dedicado desde hace ya varias décadas a la defensa del territorio, la vida del campo y la dignidad de las y los campesinos, considero que es urgente y necesario avanzar en la defensa de la soberanía alimentaria y la autonomía económica de los pueblos campesinos.

Esta es una deuda histórica del Estado mexicano que aún se debe subsanar y será vital para el futuro y la consolidación de la Cuarta Transformación. Las y los campesinos forman en términos económicos la primera línea de defensa de la Patria, pues igualmente que sin maíz no hay país, no existe patria sin los alimentos que produce su campo.

POR JOSÉ NARRO CÉSPEDES
COLABORADOR
@NARROJOSE

PAL