La guerra en Gaza continúa. El lunes, un ataque con drones en Jordania atribuido a grupos pro-Irán mató a tres soldados estadounidenses; a su vez, un ataque israelí contra un edificio en el barrio chií de la capital siria mató a varios combatientes proiraníes.
Desde el viernes, algunos países han anunciado la congelación de fondos de la Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA); se acusa a algunos empleados de haber estado implicados en el ataque de Hamas del 7 de octubre.
La UNWRA, creada a finales de diciembre de 1949 por la Asamblea General de la ONU, un año después de la proclamación del Estado de Israel, sigue el mandato de proporcionar asistencia humanitaria y protección a los refugiados palestinos registrados en el área de operaciones de la agencia, desde Gaza hasta Siria, pasando por Jordania, Líbano y Cisjordania, "a la espera de una solución justa y duradera a su situación".
Más de 700 mil palestinos fueron expulsados o huyeron de sus tierras, entre abril y agosto de 1948, en el momento de la creación de Israel. Apátridas, estas personas y sus descendientes conservan el estatus de refugiados. No están bajo el mandato de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); UNWRA es el único garante de su estatus internacional.
Unos 5.9 millones de palestinos registrados en la agencia pueden beneficiarse de servicios que incluyen educación, atención médica, servicios sociales, infraestructura de campamentos, microfinanzas y ayuda de emergencia. Más de 540 mil niños estudian en las escuelas de la UNRWA.
La agencia se financia casi en su totalidad con contribuciones voluntarias de los Estados. Washington era hasta ahora el principal donante bilateral de la agencia.
Desde 2008, México ha realizado contribuciones voluntarias anuales por valor de 700 mil dólares a la Agencia, y ha mantenido este compromiso.
El viernes 26 de enero, la agencia anunció que había despedido a varios empleados sospechosos de estar involucrados en el ataque de Hamas en Israel el 7 de octubre. Con todo, Estados Unidos suspendió cualquier financiación adicional. Otros países siguieron esos pasos, entre ellos Australia, Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Italia, los Países Bajos y Finlandia. Irlanda y Noruega se han negado a detener la financiación, al igual que la Unión Europea.
Ya antes de iniciarse esta guerra, en Gaza la situación humanitaria era crítica, con más de 60 por ciento de los residentes enfrentando inseguridad alimentaria.
Súmese a este contexto también que mucho antes del 7 de octubre de 2023, políticos y asesores israelíes ya señalaban como objetivo estratégico la desintegración de la UNRWA. En fin, las políticas exteriores y varios comentaristas podrían considerar atender la historia de los últimos 50 años, en vez de ignorarla.
POR MARTA TAWIL
INVESTIGADORA DE EL COLMEX
PAL