PERISCOPIO

La década de Morena

El morenismo y sus aliados arropan sin titubeos a su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum

OPINIÓN

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Raymundo Sánchez Patlán / Periscopio / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace 10 años, en enero de 2014, Morena ni siquiera existía como partido político. Era apenas un movimiento político de un solo hombre: el actual presidente Andrés López Obrador.

En este enero de este 2024, es la franquicia política más rentable electoralmente, el partido de mayor penetración y el que más rápido se ha expandido en el país.

En gran parte porque hace una década fue subestimado y ninguneado por la entonces clase política dominante, lo que se convirtió en una de sus mayores fortalezas, pues nadie vio que ahí se gestaba el ente destructor del sistema partidista mexicano y del país que se construyó desde mediados del siglo XX hasta la primera década del XXI.

Ni siquiera encendieron las alertas cuando, el 9 de julio de 2014, el Instituto Nacional Electoral le otorgó el registro como partido político. Morena rompió el cascarón y creció devorando territorios.

Cuatro años después, ganó la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso de la Unión, la jefatura de Gobierno de la CDMX, y las gubernaturas de Chiapas, Tabasco y Veracruz; que se convirtieron en cuatro, pues su aliado el PES triunfó en Morelos.

Un tsunami político que devino en cascada de victorias electorales, sobre todo en gobiernos estatales: son ya 23 estados los que gobierna la llamada Cuarta Transformación, respaldada por Morena, el PVEM, el PT.

Cascada que parece seguirá fluyendo este 2024: la encuesta Poligama-El Heraldo de México, que se publica hoy, indica que Morena aventaja en seis de las nueve gubernaturas que se disputarán el 2 de junio venidero. Porque enfrente, Morena tiene a una oposición que no termina de dimensionar lo que dejó crecer, ni de entenderse a sí misma. El Frente Amplio por México, conformado por PAN, PRI y PRD, luce sin cohesión, ni siquiera pragmática, pues no van juntos en todas las elecciones estatales y no logran articular un discurso o mensaje común.

Las históricas diferencias ideológicas los mantienen en la natural desconfianza derivada de décadas de ser antípodas y de acusarse mutuamente de corruptos, incompetentes, porros, rateros…

Y se refleja en las campañas. El morenismo y sus aliados arropan sin titubeos a su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum. Mientras, la oposición incluso regatea a su abanderada Xóchitl Gálvez hasta la asistencia de los dirigentes del PAN, Marko Cortés; del PRI Alejandro Moreno; y del PRD, Jesús Zambrano, a sus mítines.

A lo que se suma la indefinición de Movimiento Ciudadano, de Dante Delgado, en la postulación de su carta presidencial. Indefinición provocada por el gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien debió renunciar a ser el abanderado porque no supo operar políticamente la designación del mandatario interino. Negado a sumarse al opositor Frente Amplio, el emecismo se perfila a ser el arriero del presidente López Obrador para agarrar la pata de las vacas de la oposición que representen un riesgo a la consolidación de Morena como el partido hegemónico de la historia moderna de México.

POR: RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN

RAYMUNDO@ELHERALDODEMEXICO.COM  

@R_SANCHEZP

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