COLUMNA INVITADA

Partidos políticos: Secuestradores de la participación ciudadana

Los partidos políticos como instrumento de intermediación no le apostaron a los ciudadanos

OPINIÓN

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Martha Gutiérrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los partidos políticos como instrumento de intermediación no le apostaron a los ciudadanos, y los partidos fallaron. Fueron incapaces de comprender su responsabilidad y entender el cambio, el empoderamiento ciudadano y su demanda a ser considerados.

En todas las Reformas Electorales se consideró fortalecer a los partidos políticos. Sin embargo a los ciudadanos se les dio un lugar absolutamente marginal. Es decir, la democracia representativa entendida únicamente como que el ciudadano solo tiene que acudir a votar y no se le permite opinar, participar e integrarse. Con que acuda a votar el día de la elección cumplimos todos. De esta manera el Sistema Partidista podía verse “progresista y cumplir con la ley”.

Así llegamos a un modelo “democrático” donde las burocracias de los partidos se apoderaron de la representación. De esta forma siete marcas partidistas secuestraron la representación de la sociedad sin verdaderamente representarla.

Andrés Manuel López Obrador dice que él representa al pueblo, porque obtuvo 30 millones 110 mil 327 de votos, de un total de 90.7 millones de mexicanas y mexicanos registrados en el Padrón Electoral, asumiendo que con esos votos (una tercera parte), lo que le entregaron los mexicanos era un cheque en blanco para hacer lo que quisiera con los recursos públicos y con el país durante 6 años.

Esta concepción es un fracaso rotundo del Sistema Partidista. Porque en 2014 ya de por si veníamos saliendo de un modelo autocrático que pensábamos era el PRI, y se voto una Reforma que al no considerar el punto de vista del resto de la sociedad, le dió entrada al modelo autocrático personalista de López Obrador.

Otros partidos consideran que representar a la sociedad es levantar encuestas y entregar la comunicación a un publicista, hay los que piensan que representar a la sociedad implica comprar su voto a través de programas sociales. Otros ni siquiera se toman la molestia de representar a la sociedad, ahí tenemos a por lo menos tres de los siete partidos del Sistema Partidista en los cuales uno dice que todo lo verde lo representa él, otro que el trabajo es suyo, y otro que tiene la ridícula idea de que la izquierda es él. Sin embargo ningún partido político consulta, ninguno incorpora a los ciudadanos. Porque no existe un marco legal que los obligue a considerarlos.

Solo toman los votos de los electores que les llegan a caer, los interpretan a su conveniencia y desde ahí construyen la agenda del partido (lo que queramos entender por agenda), pero todos fracasan desde el momento en el que ni siquiera se toman la molestia de analizar porque el elector voto de la manera en que lo hizo. La prueba son las elecciones del 2015, 2018 y el 2021. Ningún partido se ha tomado la molestia de analizar los votos y entender a los ciudadanos, muestra de ello es la selección de sus candidatos para la elección del 2024, la más importante de los últimos tiempos.

Tampoco estudian a la sociedad, ni forman ciudadanos para que se conviertan en cuadros, evolucionen para ser dirigentes y luego ser gobernantes representando a la sociedad. Ninguno lo hace. Pero lo más grave es que ni siquiera han tenido la visión para entender que deberían de haber profesionalizado sus áreas de campaña para saber como consultar a la sociedad y convocarla.

Como traen dinero público pues les resulta mas sencillo subcontratar a terceros la responsabilidad de las campañas electorales por la vía de la publicidad, utilitarios, o por la vía de intentar comprar el voto con tarjetas de colores para de esta manera llegar a algún segmento de la sociedad, o por la vía de contratar su presencia en redes.

Pero en ninguno de los casos la representación tiene que ver ni remotamente con el conocimiento de la sociedad. Ninguno tiene que ver con el entendimiento de las causas individuales de hombres, mujeres, grupos de edades, condiciones de rezago, falta de protección, ausencia de servicios, entre otros. Ninguno. Piensan que ese desconocimiento de la sociedad lo pueden resolver a través de encuestas, y en el extremo de esto se encuentra Morena que no hace política, hace encuestas.

Las encuestas por su parte son mediciones, no pronósticos, y la mayoría de los políticos, comunicadores y medios de comunicación las utilizan como pronósticos. Tampoco necesariamente son mediciones certeras porque en gran medida están definidos los resultados por la manera en como se elabora la pregunta y el orden de hacerlo. Por ejemplo: MC que dice que es segunda fuerza, en la mitad de las secciones electorales del país no alcanza ni el 3% de la votación.

Es decir, que si no alcanza el 3% que es el número de referencia para mantener el registro de un partido político y en una sección electoral ni siquiera lo alcanza, pues por lógica no existe. Entonces como es posible que se considere segunda fuerza política, si en la elección del 2021, en mas de la mitad de las secciones electorales del país no alcanzó ni el 3% de la votación. Que nos platique como hicieron su encuesta, como elaboraron la pregunta (reactivo), y como llegaron a ese resultado.

Lo mismo sucede en las encuestas de Andrés Manuel y su 4T, donde aseguran que el 60% de los ciudadanos los aprueba. Que nos expliquen donde están los 50 millones de ciudadanos que perdieron el Seguro Popular, o que nos platiquen que esta opinando de este gobierno la población que vive azotada por la delincuencia, o que esta sucediendo con el Modelo de Atención Educativa que tenemos, y cual es la expectativa que tienen los ciudadanos comunes y corrientes que no cuentan con los recursos suficientes para pagar una educación privada y respecto al futuro que espera a sus hijos que no cuentan con acceso a las tecnologías, etc., etc.

Por otro lado, de ninguna manera es endosable el nivel de aprobación del Presidente de la República con la evaluación de su gobierno y la intención del voto, son tres cosas absolutamente diferentes.

Entonces, ante la falta de capacidad de entendimiento de la sociedad, la improvisación de los actores políticos y su incapacidad para gobernar y hacer política, a lo que hemos llegado hoy es a una compra clientelar del voto que es la versión mas elaborada del viejo modelo PRI, para comprobar que se realizaron una serie de cacareadas Reformas Democráticas para dar un espectacular giro de 360 grados y llegar al mismo punto.

El del mas viejo modelo del PRI. Porque ahora resulta que Morena y su famosa 4T representan lo peor y lo mas viejo del satanizado PRI. Hasta han llegado al exceso de comprar el voto bajo la denominación de programas sociales sin ningún rubor y sin importar el costo.

Ahora Morena para tratar de entender a la sociedad lo que hace son encuestas, no política. La política se la deja a quien es su líder, vocero, coordinador y propagandista. Todos los demás con un absoluto desprecio a la sociedad siguen a pie juntillas al Mesías, y se limitan a interpretarlo para alimentar su ego, en lugar de hacer política.

Por lo tanto, si su Mesías se quedó congelado en el polarizado contexto de una pseudo izquierda y una derecha ciudadana del modelo del ‘68 en lo que en ese entonces llamaban capitalismo financiero, hoy neoliberalismo, discurso que casi 60 años después es exactamente el mismo. Podemos darnos cuenta de que hoy en el primer cuarto del siglo XXI, López Obrador y la 4 T nos llevan al mismo debate ideológico caduco.

Si la Arqueología Política existiera, la especie a analizar sería Andrés Manuel López Obrador, que al igual que los Mamuts extintos hace millones de años, hay que rescatarlo de las ruinas y vestigios del pasado para estudiarlo en su época. Porque la realidad que vive es una realidad de hace 60 años. Eso es lo que hay en Morena.

En los demás partidos lo que encontramos no es tan alentador, porque lo que encontramos es un negocio electoral partidista, que tampoco hace el menor intento por entender a la sociedad, ni por formar cuadros. Que era la expectativa que se tenía de que los partidos políticos asumieran una responsabilidad y fuesen por la ciudadanía para que participara y los partidos políticos y los políticos la representasen. Desafortunadamente sólo se representan a si mismos y a sus burocracias. Solamente hablan entre ellos, para ellos, para sus burocracias y al margen de la sociedad.

Por su parte la sociedad hoy empoderada y harta de la farsa democrática participativa de los dirigentes y dueños de los partidos políticos, intenta como Organizaciones de la Sociedad Civil salir a participar. Sin embargo no sabe como hacerlo. Porque en las Reformas Electorales que se han venido haciendo para buscar la democratización del país no tomaron en cuenta a los ciudadanos.

Porque cuando decidieron asignar miles de millones de pesos a los Institutos Políticos omitieron considerar recursos para el desarrollo ciudadano. Asignaron recursos cero para el desarrollo del capital político humano, no les paso por la mente que la política la hacen los individuos, y que la buena política (no la nueva ni la vieja) la hacen los ciudadanos preparados, no los burócratas improvisados.

En parte la debilidad de la participación de la sociedad tiene que ver con eso. Con el hecho de que quienes participan no están capacitados. Existe el interés de participar, la voluntad de dedicar tiempo, y eventualmente recursos a eso, pero no hay procesos de capacitación en los partidos políticos. No lo hay porque hasta ahora el marco jurídico disponible no lo ha provocado. Esta orientado hacia los partidos políticos, no hacia la ciudadanía.

Por otra parte los organismos electorales también quedaron rebasados, ya que a partir del cambio tecnológico los ciudadanos se empoderaron. Este fenómeno no tiene mas de 15 - 20 años, de manera que todo lo que está sucediendo en este momento es totalmente nuevo y la sociedad esta irrumpiendo de manera disruptiva, provocando la urgente modificación de las condiciones de participación politica.

Porque la participación de la sociedad no debe ser el efecto de una acción espontánea sino que tiene que ser producto de una acción organizada.

Actualmente, cuando la ciudadanía demanda ser tomada en cuenta por temor, por hartazgo o por lo que quieran, se percibe ingenua. Porque ante su deseo de participar lo mas que se le ocurre es volantear, pegar calcomanías, pararse con banderines en los cruceros viales, o por otra parte también aspira a encabezar desde la improvisación candidaturas.

Nadie los ha preparado siquiera para entender los procesos políticos “democráticos”. Nadie les ha enseñado como. Porque además como mencione anteriormente, tampoco hay recursos destinados para hacerlo. O sí, pero como los partidos políticos explícitamente no tienen estipulado el mandato de formar a la ciudadanía la dejan de lado.

Por su parte el partido que se llama Movimiento Ciudadano (que de ciudadano no tiene nada), en realidad es una burocracia acompañada de un publicista. Éste, es el fracaso de la ciudadanización en el marco de las Reformas Electorales que se ha hecho cada vez más evidente debido a el empoderamiento de los ciudadanos. Porque los ciudadanos tienen la modernidad a la mano para ejercer una nueva democracia digital en tiempo real sin estar preparados para eso, porque insisto, el marco jurídico institucional no creo las condiciones.

Ante eso a una enorme velocidad se debe implementar un ejercicio de formación y capacitación de ciudadanos para que estén en condiciones de participar inteligentemente dentro de los próximos cinco meses, para que una vez pasada la elección del 2024, continuar con el marco jurídico electoral que los considere como sujetos plenos de participación. Como dice Arturo Núñez Jiménez, experto en política electoral: Transitar de una Reforma centrada en los partidos políticos, para ir hacia una autentica Reforma Electoral centrada en los ciudadanos.

Porque en realidad son los ciudadanos los que construyen la política, los partidos políticos solo son intermediarios. En este necesario proceso de refundación política partidista es imperativo darle espacio a los ciudadanos y exigir a los Institutos políticos tomarlos en cuenta, como por ejemplo: en el financiamiento político con instrumentos adecuados, en la selección de candidatos mediante elecciones primarias, en las elecciones de las dirigencias partidistas para obligarles a que no sea el dedazo de AMLO, de Alito, de Marko, de los Chuchos, de Dante, el Niño Verde, Anaya, o del que sea el que decida.

Veníamos en búsqueda de un proceso democrático y resulta que gracias a las propias Reformas Electorales caímos en pseudo democracias en todos los partidos.

Se requiere en el siglo XXI, como dice Antonio Sola, de una democracia digital directa y participativa, y yo agregaría en tiempo real. Donde cada ciudadano tenga un rol protagónico y no un rol marginal que se limita a su participación el día de las elecciones cruzando una boleta, como si eso fuese solo lo que los ciudadanos en el ejercicio de su derecho democrático pueden aportar en su propio beneficio, como viene sucediendo.

Una vez pasada la elección de el 2 de junio, hay que entrar a revisar el marco jurídico electoral , para darle a los ciudadanos el rol prominente que requieren y están demandando. Porque también hay que involucrar a los ciudadanos en la gobernanza, ya que evidentemente las burocracias improvisadas ha sido ineptas en el diseño de políticas públicas que determinan las características de la calidad de gobierno con la que se conducen los individuos.

Se tiene que involucrar a la sociedad, porque ello implica involucrar a el talento, y porque esto implica el mayor valor que tiene la sociedad que es su propio capital humano, que actualmente por definición jurídica queda fuera, sin el derecho a prepararse y participar de forma activa y directa en los procesos electorales, mucho menos con el derecho a participar en la gobernanza y actualmente ni siquiera se le permite ampararse en contra de las fórmulas políticas y de gobierno que los partidos políticos determinan, aunque sus decisiones afecten sustancialmente a cada ciudadano.

Vamos a la elección mas compleja en la historia reciente de nuestro país, en donde es evidente que la 4T se quiere quedar en el poder haciendo uso de todos los recursos públicos, de forma legal o ilegal. Estamos enfrentando una elección de Estado, donde no existe el menor pudor para utilizar abiertamente a los ciervos de la nación que se pagan con recursos públicos en tareas partidistas. No tienen el menor rubor para utilizar los programas sociales con un objetivo clientelar. Y tampoco hay pudor por parte de Morena y este gobierno para permitir la intromisión de la delincuencia organizada en los procesos electorales.

Es evidente que la delincuencia se esta entrometiendo, para sacar de la contienda a candidatos e intervenir en las estructuras partidistas, como sucedió en la elección del 2021. Sobre esto no se habla, ni se actúa.

Y no es pregunta

POR MARTHA GUTIÉRREZ
Vocal del Consejo Directivo Del Instituto de Política y Gobernanza, A. C.

@MarthaGtz

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