COLUMNA INVITADA

La Fiesta Brava [III]

El torero Francisco Montes, considerado como el “Rey de los toreros”, quien escribió como Pepe-Hillo

OPINIÓN

·
Rubén Martínez Cisneros / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

El torero Francisco Montes, considerado como el “Rey de los toreros”, quien escribió como Pepe-Hillo, señala en su libro Tauromaquia Completa, “El valor es tan necesario al que intenta ser torero, que sin él, jamás podría llegar a serlo; pero es preciso que no se adelante hasta la temeridad no se atrase hasta la cobardía: uno y otro extremo podrán acarrearle desgracias, y quizá la muerte”.

José Alameda, cronista e historiador taurino, en su libro Crónica de sangre, repasa, investiga, realiza un seguimiento de los toreros que han desafiado a la muerte frente a las astas, entre ellos menciona a Alberto Balderas embestido el 29 de diciembre de 1940 en Piedras Negras por “Cobijero”, Alameda describe, ...” Atropella a Balderas.

Y se lo echa al lomo, por donde rueda el hombre como si fuera a salir por la cola. Pero la tragedia no se deshilvana…el cuerpo del torero, a la deriva, viaja en sentido contrario…justo en el momento en que el derrote se consuma”.

Acerca de Alberto Balderas, el poeta Xavier Villaurrutia, expresó, “mexicanísimo de tipo y temperamento. Valiente y provocador. No pocas veces lo vimos adelantarse al peligro, invitando al toro en una oscura e irresistible provocación”.

Alberto Pérez, en su libro antes citado, da cuenta de la muerte de Manuel García “El Espartero”, quien falleciera en 1894 a consecuencia de la herida del toro “Perdigón”, “de la ganadería de Miura, tan temida por los diestros de todas las épocas” y agrega, “en el año de 1920 murió Joselito, en Talavera de la Reina, a consecuencia de la herida que le infirió “Bailaor”; Manuel Rodríguez Sánchez Manolete, encuentra la muerte en los pitones de Islero el 29 de agosto de 1947 en Linares, España”.

El 17 de noviembre de 1929 la plaza El Toreo, fue testigo de la muerte de Carmelo Pérez por un toro de San Diego de los Padres, don Carlos Pellicer en sus Cartas Taurinas describe esa tarde, “Michín, que era fiero y codicioso, fue comiéndole el terreno de lance a lance, y en la tercera verónica, enganchó al diestro por el muslo izquierdo. Lo que sobrevino después, fue espantoso”.

El poeta y torero Ignacio Sánchez Mejías, acabó su vida el 11 de agosto de 1934 frente al cornúpeto “Granadito”, José Alameda, dice, “Llegó y le metió el pitón a Ignacio por el muslo derecho. Y con aquella cornada lo mató”.

La muerte del diestro, fue motivo para que el poeta Federico García Lorca, escribiera Llanto por Ignacio Sánchez Mejías a la letra dice, “A las cinco de la tarde. Eran las cinco en punto de la tarde. Un niño trajo la blanca sábana a las cinco de la tarde. Una espuerta de cal ya prevenida a las cinco de la tarde. Lo demás era muerte y sólo muerte a las cinco de la tarde”, de García Lorca, acerca del granadino Alameda dijo, “La primera figura del ruedo literario de España”.

 Xavier Villaurrutia expresó, “La tarde está nublada y las nubes son el luto del sol”.

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ