COLUMNA INVITADA

Lo fácil sobre lo correcto

En nuestro presente esa transculturización, ha impedido que muchas voces racionales hablen o emitan opiniones que enriquecen un sistema complejo como lo es la convivencia humana

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Quizá el título representa mejor que nada lo que está sucediendo en nuestro entorno, ya que nos resulta mucho más cómodo, imponernos o negarnos a aceptar argumentos incongruentes de lo que hoy conocemos como lo “woke” y que tiene dos significados opuestos. Para algunos tener conciencia social y racial, y cuestionar los paradigmas y las normas opresoras impuestas históricamente por la sociedad, mientras que para otros describe a hipócritas que se creen moralmente superiores y quieren imponer sus ideas progresistas sobre el resto.

En nuestro presente esa transculturización, ha impedido que muchas voces racionales hablen o emitan opiniones que enriquecen un sistema complejo como lo es la convivencia humana. De ahí que procesos ideológicos de la primera mitad del siglo XX, que se pensaban superados, tengan un nuevo auge; donde se perciben a grupos extremistas francamente peligrosos. 

Las tendencias son múltiples y abarcan todo el abanico del quehacer humano; así podemos observar dietas poco saludables o de baja calidad nutritiva, que siguen millones de personas confundidas por activistas hiperconcienciados, no binarios, polirraciales; ecosexuales, ultraderechistas, neocomunistas y veganos, entre una enorme lista de pronunciamientos confusos que dan pie a personas altamente susceptibles a la ofensa, dejando atrás esa máxima de no tomar las cosas de forma personal. 

El extremo se ha visualizado como normal. Las mascotas, se tratan con una pseudo humanización, que tergiversa lo que se considera un espacio adecuado para animales, lo que paradójicamente atenta contra su propia naturaleza.

La alimentación de los infantes se ha llegado a poner en riesgo en muchas familias con recursos económicos suficientes, pero alineados a dietas veganas con carencias nutricionales, privilegiando la ignorancia de gurúes, por sobre la sapiencia médica.

El fenómeno de la exacerbación discriminatoria, por cualquier razón pretende señalar la maldad o bondad de las personas, por las acciones o penurias de sus antepasados. No deberíamos olvidar que agredir por resentimiento, es una conducta aún más deplorable. 

¿Quién ha dado paso a este sin sentido? Quizá existan diversas intenciones maquiavélicas, por grupos con agenda e intereses propios, que justifican sus acciones; basados en lideres de opinión, artículos científicos e investigaciones desarrolladas o en curso, a quienes sacan de contexto parcializando la realidad y generando el fenómeno descrito.

El propósito es bastante claro, una creciente obtención de beneficios, ya sean de carácter económicos, de impunidad o la conexión de redes de poder, que mueven grupos, beneficiándose de esta tiranía del discurso.

Hoy no es posible generar una crítica o describir a una persona, bajo el estricto tamizaje de las palabras anuladas o prohibidas. ¡Haz el ejercicio! Te darás cuenta qué resulta casi imposible realizarlo.

Sólo si dejamos por un momento la obsesión de tener la razón, y escuchamos a fondo otros argumentos, podremos combatir este monstruo que cada vez absorbe más conciencias. Cierto es, que en temas como la discriminación (por diversas causas), hemos avanzado bastante, pero hoy día enfrentamos el aprovechamiento de ciertas comunidades, donde no permiten sanciones, aun cuando sus integrantes, hayan realizados conductas, ilícitas, antisociales, absurdas, prepotentes y arbitrarias, pretendiendo y logrando evadir la ley. En ese sentido, podemos observar, que los cuerpos de justicia se ven presionados para emitir el resultado de indagatorias, ya que suelen ser denostados, agredidos, pretendiendo así vivir de forma paralela a las reglas impuestas para toda persona. 

Es difícil, aplicar la justicia, cuando a un grupo le desagrada la verdad; y sólo quiere imponer su ideología desde la perspectiva de su resentimiento.  Lo anterior, es una disyuntiva a la que se enfrentan las autoridades quienes, a pesar de proceder con lineamientos y protocolos bien establecidos, quedan inmovilizados. Igual acontece con medios de comunicación, escuelas, arte, y una amplia variedad de cuerpos internacionales. 

¿Acaso la ciudadanía se ha percatado de lo que hemos perdido? ¿Cómo educar a la siguiente generación, que tiene encima otra que no admite el debate u otras opiniones? ¿Qué clase de sociedad se vislumbra en un futuro cercano en el que la tiranía de unas cuantas personas manipula la razón?

Lo correcto entonces, es imponernos cuando la razón sea relegada, por el absurdo comportamiento de influencias irracionales. Comienza por no dejar pasar lo indebido, por alzar la voz, y privilegia la ética y los valores en sociedad.

¿Y tú, de qué lado estas?

POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB

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