Que vengan los debates. Premisa a proponer a tirios y troyanos: la capital nacional registra una mejoría sin igual al estar ya persistentemente alineadas tanto la reducción de la incidencia delictiva como la mejora en la percepción de seguridad.
Ninguna otra entidad exhibe la magnitud positiva de ambas. Tampoco hay registro mundial semejante en los últimos 20 años de alguna ciudad proveniente de una crisis como la dejada por la administración 2012-2018 y con una recuperación semejante.
La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI correspondiente al cuarto trimestre de 2023 muestra una percepción de inseguridad del 55.3 por ciento; mejoría de 28 puntos con relación al mismo periodo de 2018. Antes, nueve de cada diez personas se sentía insegura; hoy son cinco.
El resultado es atribuible a la política de seguridad diseñada por Claudia Sheinbaum al asumir la Jefatura de Gobierno —y encabezada desde hace siete meses por Martí Batres— con énfasis en programas sociales, investigación policial, fortalecimiento de la denuncia, coordinación, colaboración institucional.
Especialmente, sostengo, por las detenciones de más de 2 mil 270 generadores de violencia en estos cinco años. La magnitud y consistencia de la mejora no tiene competidor en el mundo. En Inglaterra les llevó 24 años mejorar la percepción positiva de seguridad en 25.9 puntos porcentuales, según Crime Survey for England & Wales, el principal monitoreo de delitos inglés, cuya medición más reciente corresponde al 2019.
El Informe Especial sobre Seguridad Humana 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estimó que antes de la pandemia 60 por ciento de las personas se sentían inseguras. La CDMX está por debajo de ese registro, y ahí está la relevancia de los 30 puntos logrados.
Desde hace 5 años, la seguridad real medida a través de la incidencia delictiva también exhibe avances consistentes. Entre 2019 y 2023, los delitos de alto impacto bajaron 51 por ciento.
La evolución positiva es inseparable de la acción de gobierno. Resalta la colaboración e integración de algunas alcaldías, como Iztapalapa, que presenta una mejoría en percepción de 25.8 puntos en el periodo ya mencionado y se ubica en el sitio 11 de las 16 demarcaciones en tasa de delitos de alto impacto por cada 100 mil habitantes.
Aunque históricamente la alcaldía Benito Juárez ha registrado los menores niveles de percepción de inseguridad —a pesar de estar ubicada en el cuarto sitio en tasa delictiva—, hay un proceso notable de recuperación de confianza entre los iztapalapenses impulsado por Clara Brugada como alcaldesa, cuya mejor expresión está en el 68.7 por ciento de las personas conocedoras de los programas implementados para prevenir la violencia o delincuencia.
El reto para mejorar seguridad persiste. El otro desafío es encontrar el espacio común no solo para debatir sino para colaborar, sin importar colores.
POR SALVADOR GUERRERO CHIPRÉS
Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX
@guerrerochipres
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