ARTE Y CONTEXTO

Pintura de la vida cotidiana por escrito S/T

Sólo falta esperar a que mi carpintero estrella deje de comportarse como Rockstar y la señora que me ayuda con estos desórdenes regrese de nuevo

OPINIÓN

·
Julen Ladrón de Guevara / Arte y Contexto / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Comenzar el año no es fácil, sobre todo si no terminaste los arreglos de casa que habías prometido terminar antes de comenzar el 2024. Me cuesta un poco de trabajo quedarme a escribir en casa; desde mi mesa veo las tablas del clóset que no monté porque el carpintero estaba ocupado, el sillón que ya debería estar restaurado y otros detalles que no puedo resolver sin ayuda. Eso sí, toda la ropa está lavada aunque no esté en su lugar.

Esta semana me di a la tarea de lavar los cobertores de invierno y demás cosas que sólo uso con las visitas para guardarlas en orden, pero antes limpié las bolsas con cierre donde las puse. La verdad es que me gusta hacer todo eso pero no terminé a tiempo y vivir con esos pequeños desórdenes me provocan inquietud; pero no es para tanto, no crean que mi casa es un mugrero o que no limpio lo suficiente, simplemente ya no tengo tanta energía ni tanto tiempo y eso me roba la atención a los temas que debo atender, como escribir, por ejemplo. 

No importa si me levanto al amanecer, en quince minutos paso de las cinco de la mañana a las seis de la tarde. Sólo espero que este estrés del desorden (que no es tanto, creo) termine pronto, porque tengo todo para lograrlo; desde una caja de herramientas bien surtida hasta los mejores jabones y trapos del mercado, en cantidad y variedad. Sólo falta esperar a que mi carpintero estrella deje de comportarse como Rockstar y la señora que me ayuda con estos desórdenes regrese de nuevo.

Espero que tampoco imaginen que sin ella soy una inútil, pero es que poner en orden las cosas de uno es complicado y ella me conoce muy bien desde hace veinte años. Su nombre es Carmen y cuando llega lo ilumina todo, de inmediato escanea los espacios con mirada de halcón, me platica cosas de mí que me reconfortan y si está conmigo, me voy más rápido. Carmen conoció a mi papá y a mi gato Boris, que se murieron más o menos al mismo tiempo, también me ha visto bajar y subir de peso durante estos años además de conocer mis secretos como nadie.

La verdad la extraño mucho porque al vivir sola, su presencia en mi espacio hace que olvide las tonterías que pienso cuando me siento triste porque me pone a trabajar duro. Eso me gusta mucho. También me gusta el cuidado que pone a mis pocos objetos de arte y cuánto le interesan las cosas que le platico. Sólo espero que tenga tiempo de venir antes de que termine la semana, porque sin ella la agenda de cultura, el calendario de exposiciones y el caos político de la vida cultural se están quedando en un segundo plano en mi vida.

Sobre todo, espero verla para que ya se me quite esta nostalgia que traigo cargando desde diciembre y que a veces me hace llorar. Por eso recomiendo a los que se sientan igual que se den una vuelta por Google y busquen “El grito” de Munch, algunas fotos de Carlos Monsivais en su estudio ahogado en libros y pelos de gato u observen la pesadilla “sin título” de Frida Kahlo, que es un desmadre también, al menos así nos daremos cuenta que el caos y sus consecuencias tiene su lugar en el mundo del arte, ya sea pintado o por escrito. 

POR JULEN LADRÓN DE GUEVARA
CICLORAMA@HERALDODEMEXICO.COM.MX  
@JULENLDG

PAL