COLUMNA INVITADA

Del 68 al 24

El movimiento del 68 evidenció un modelo de seguridad represor y autoritario, en un México donde la figura presidencial no tenía contrapesos

OPINIÓN

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Salvador Guerrero Chiprés/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A 55 años de la matanza de Tlatelolco, la distancia entre el empleo de la fuerza del estado marca diferencias fundamentales en la capacidad operativa, la coordinación interinstitucional y el respeto a los derechos humanos.

También debe ser oportunidad para reflexionar lo que deseamos para la CDMX y el país: izquierda o retroceso a la derecha. El movimiento del 68 evidenció un modelo de seguridad represor y autoritario, en un México donde la figura presidencial no tenía contrapesos y no había más partido que el aparato priista. En el 2024, con certeza, lo que decidimos nos indicará si preferimos contrapesos inteligentes y sensibles... o no.

Tras las primeras protestas estudiantiles, un discurso del presidente Gustavo Díaz Ordaz advertía los acontecimientos por venir: “una mano está tendida, corresponde a los mexicanos decidir si esa mano se queda tendida en el aire o se unen quienes quieren restablecer la paz y la tranquilidad”.

Una provocación inducida por Luis Echeverría, entonces secretario de Gobernación, con paramilitares disparando al Ejército y estudiantes en medio, desató aquella criminal balacera histórica. El Estado dividido y en provocación aplicó la fuerza. Transformar los modelos de seguridad nacional y pública ha sido posible en la medida que hay voluntad institucional para profesionalizar las corporaciones e implementar estrategias integrales.

Ejemplificadora de ese proceso es la Policía de la Ciudad de México. El 5 de diciembre de 2018 quedó marcado como el día que el Cuerpo de Granaderos, desapareció, la misma corporación que el 2 de octubre de 1968, con 10 mil integrantes, fue pieza clave. Al tomar protesta como Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo —ahora precandidata presidencial de Morena—, se comprometió a fortalecer la seguridad con diversas estrategias, pero sin ese grupo.

“Coincidimos por convicción en lo que ha manifestado en diversas ocasiones nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, de nunca utilizar a las fuerzas armadas para reprimir al pueblo”, dijo entonces ante el Congreso de la CDMX.

Parte central de esa estrategia es la coordinación de la Policía de la capital nacional con fuerzas federales —Guardia Nacional, Ejército y Marina— para el diseño y despliegue de operativos encaminados a la detención de los principales generadores de violencia.

Ante los hechos violentos registrados en Nuevo León y Zacatecas esta semana, el envío de mil y 500 elementos federales a cada una de esas entidades representa la posibilidad de contribuir en planes conjuntos, aunque no son la solución a los problemas de seguridad.

Hay una concepción distinta de las fuerzas policiales. La ley, el orden y la justicia son posibles con modelos de trabajo conjunto, atención a las causas e inteligencia policial.

Nunca más con corporaciones represoras.

Salvador Guerrero Chiprés

Colaborador

@guerrerochipres

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