AIRE PARA PENSAR Y DEJAR PENSAR

Sorolla y ella

Los que saben de arte dicen que el arte no vale nada, sólo el valor que tú le des

OPINIÓN

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Paola Albarrán / Aire para pensar y dejar pensar / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Una mujer de 91 años que vive en su casa, que poco puede ver, pero que guarda en su memoria esos tesoros que parecen ser islas flotantes de lo que recuerda y de alguna forma poder decir, “aquí sigo”. Mujer valiente, aferrada a la vida, con el tic tac sobre ella; sin quejarse. Resiliente. Recordando con frecuencia a sus padres, sus hermanas y la patria que dejó para hacerse mexicana.

En su memoria tiene colgadas algunas cosas. Como en esos armarios desordenados que hay cosas de valor, pero nada en su lugar, ni tampoco con mucha luz o claridad. Dentro de esos pocos, pero valiosos recuerdos, tiene colgado junto a la puerta que le hace frente a su reposet una pequeña reproducción del famoso cuadro de Joaquín Sorolla, “Paseo a orillas del mar”.

Esta finísima pintura, dulce y suave, que representa la vida cotidiana de Valencia en la playa y el mar. El maestro Joaquín Sorolla logró como pocos captar y plasmar con elegancia el color, textura, la frescura de la costa. A través de su paleta de azules, blancos y dorados como la luz del sol, dominó la técnica y belleza. La brisa, las risas, el viento, los vestidos, la pausa, congelar el momento y el tiempo. Se congela el tiempo cuando estoy en el brazo del reposet dándole la mano a mi abuela. Las dos viendo aquella reproducción del cuadro de Sorolla.

¿Sabes que es su mujer Cleotilde y su hija María? Sé que son dos mujeres, pero yo siempre he pensado que son Amelia y Carmina. Mis hermanas. Las dos que caminan y me esperan para dar ese recorrido entre olas y viento.

¡Qué arte tiene la vida cuando tiene sentido!

Me encanta recuperar a mi abuela, aunque sea a través de esas pequeñas historias que duran apenas unos instantes. Con su voz bajita y su mano fuerte apretando la mía.

¿Qué valor tiene el arte? El que tú le das. ¿Qué valor tiene la vida? El que tú le des.

Me gusta saber que puedo encontrarla a través de pinceladas sueltas de Sorolla. A través de las interpretaciones sueltas del espectador. Sorolla, sigue pintando historias a través de esos mares de pinceladas y de luz. Su pasión, retratar imágenes de la vida contemporánea. Su realidad; seguir dando pie a historias contemporáneas, 100 años después de haber muerto.

El legado de Sorolla y el amor de mi abuela por su obra me han acompañado a lo largo de los años. Cada vez que vengo a visitarla, y me siento en su reposet, y paso con mis dedos esas venas saltonas de la mano, y huelo a su perfume aires del tiempo.

Vuelvo a encontrarme con Sorolla, que sin pretenderlo, sigue escribiendo nuevas historias.

A través de los ojos de Sorolla. Nace el impresionismo español. A través de los ojos de mi abuela, que supongo también tendrá una visión parecida a la de un impresionista, nace un vínculo a su lugar sagrado.

Me quedó con lo que me hace sentido, en hacer del arte un refugio personal para que entonces el arte pueda tener valor. El arte, un refugio, Sorolla, mi abuela, las historias reescritas son lo que serán, alquimia para transformar pinceladas en esta mano que con toda la fuerza del recuerdo y del amor no suelta la mía. 

POR PAOLA ALBARRÁN

paolaalbarran1@gmail.com
IG: @paolaalbarran

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