CAUSA COMÚN POR MÉXICO

Indignación sin compromiso es un desperdicio

México vive el más acelerado proceso de mutación política y social

OPINIÓN

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Fernando Alberto García Cuevas / Causa Común por México / Opinión Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

México vive el más acelerado proceso de mutación política y social, que, como toda espiral de transformación, durante el desarrollo de su evolución, engendra reacciones diversas; afinidades, disimilitudes, comités de apoyo, como también poderosos frentes de oposición.

Las oposiciones nacionales por su parte, han mostrado en diferentes momentos de la historia, que surgen por diversas motivaciones, inconformidades que se cultivan y brotan desde los sitios más inadvertidos ocurridos en tiempos y circunstancias distintos en cada comunidad.

Las oposiciones nacen casi siempre bajo la tierra, como raíces de frondosos árboles, en tanto se nutren lo suficiente para emerger en un primer tallo hacia la superficie donde evidencian su exigente naturaleza. Del mismo modo las oposiciones políticas y naturales, emergen así en pueblos y calles, ahí mismo se agitan, evolucionan, marchan, gritan, alzan los puños, entrelazan sus brazos. Piensan, disciernen, crean, desarrollan ideas, elaboran consignas, debaten razones y estrategias que comunican y siembran. Orientan, convocan y suman.

Los opositores primero sienten y luego piensan (como bien lo refirió Milán Kundera, contrastando con lo afirmado tiempo antes por René Descartes), se expresan en redes, bardas, postes, panfletos, puntos de convergencia. Entonces, es cuando las ciudades y pueblos se visten con destellos de proclamas que incitan y mueven conciencias desde su multifacética realidad.

Las mantas despiertan conciencias, pronuncian, convocan, organizan vivas manifestaciones, constituyen ríos de corazones trazando en su trayecto sinuosos meandros de emociones encendidas.

Los opositores crecen y trasmutan en liderazgos y activismo de conciencia activa. Organizan, participan, promueven, defienden elecciones, consultas y plebiscitos. Suman y entusiastamente contribuyen.

Los ciudadanos de conciencia activa, combaten tecnócratas insensibles y corruptos, así como a tiranos demagogos, deshonestos y falsos profetas, quienes, creyéndose dueños de la verdad, imponen autoritariamente su voluntad a raja tabla. No solo políticos, los ciudadanos también son opositores al régimen, porque exigen justicia, apertura, reclaman su espacio para proponer, consensar, decidir, para ejercer plenamente sus libertades.

Es aquí, en este punto, cuando los políticos opositores y ciudadanos se mimetizan, empuñando las mismas causas y banderas que consideran justas. Cuando las oposiciones hablan empoderadas por los gritos ciudadanos, sus voces retumban e impregnan el aire y las conciencias de indignación.

El propio Giovani Sartori afirmó; «las oposiciones se consideran un elemento básico y esencial de los regímenes democráticos». Sartori igualmente destaca en su análisis, «su importancia radica en que las oposiciones son el factor de control y limitación de los gobiernos en turno, influyen en la formación de nuevos gobiernos. Son indispensables en una democracia»

Los ciudadanos cuando sepultan la indiferencia proponen y exigen respuestas a sus demandas y reivindicaciones. Febrilmente denuncian, convencen, movilizan, definen senderos al andar, luchan pugnando por materializar propósitos, encarnar ideales, desenmascaran falsos redentores, moldean mejores destinos soportados en poderosas columnas de libertad, democracia, justicia y plenitud humana.

—Somos oposición, —gritan indignados los ciudadanos activistas haciendo vibrar los corazones de quienes los escuchan. Rompen el silencio, se hacen escuchar. Se transforman en seres visibles, tangibles, dejando atrás la sombra de invisibilidad e inexistencia que los ocupo. —somos oposiciones a la pobreza y las injusticias. Somos oposición a la inseguridad y la enfermedad, pero, sobre todo, somos oposición, a la ignorancia, la explotación y la perversa manipulación de las conciencias.

Somos opositores insumisos, de la perversa gobernanza que se nutre de abyectas mentiras. Una ciudadanía conformista, indiferente y silenciosa, no aporta, ni construye. Por el contrario, la sociedad cuando es, propositiva, exigente y activa contribuye decididamente al desarrollo integral de pueblos y naciones.

POR FERNANDO ALBERTO GARCÍA CUEVAS

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