SILBATAZO INICIAL

La sombra de Ochoa…

Veremos si algún cancerbero es capaz de quitársela de encima y regalarle una estabilidad al arco de las Águilas

OPINIÓN

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José Eduardo Iga / Silbatazo inicial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Han pasado 19 años desde que el portero de la Selección Mexicana, Guillermo Ochoa, debutó. Lo hizo en el 2004, apenas con 19 años de edad, ello para un guardameta, sin duda, era el vaticinio de una trayectoria exitosa. No es muy común ver que jugadores hagan su presentación en Primera División antes de los 20, en México, hablando de cualquier posición, mucho menos para un portero. 

Carlos Acevedo, por ejemplo, puede ir a su primer Mundial, a los 30 años de edad. Aunque, en fin, el problema de los debuts tardíos ya lo hemos hablado en reiteradas ocasiones, y no quiero arriesgar mi salud mental que tanto trabajo me ha costado.
Le duela a quien le duela, el ahora guardián del Salernitana ha sido, quizá, el mejor de la historia y para no meterme en problemas, sin dudas está en el top dos en ese rubro. Cinco justas del orbe lo avalan, subiéndose al grupo de elementos que han conseguido esa hazaña y amenazando firmemente con ser el único en disputar seis. 

Aunque esto también habla de la nula producción de porteros en fechas recientes en nuestro país; no se puede negar que con todo y la edad es quien en mejor forma está, solo disputándose el puesto con el futbolista del Santos. 

Luis Malagón, quien pudiera fungir como un tercer portero en la lista, abandonó Necaxa para no salir de la banca; Rodolfo Cota o Alfredo Talavera difícilmente llegarán por edad, y los mejores de nuestra liga son claramente foráneos, llámese Nahuel Guzmán, Camilo Vargas, u Oscar Ustari.

Nunca había oído una animadversión tan grande hacia un arquero. Lo que se vivió el sábado  en el Estadio Azteca no es más que el legado tan alto que dejó Memo Ochoa Magaña, aunado, a la por supuesto baja calidad que ha exhibido Óscar Jiménez, aunque si recordamos bien, en los partidos en los que entraba de titular, sea por convocatorias o algunas lesiones, lo hacía de manera espectacular. Ello le valió los elogios del Tano Ortiz y pareciera que no iban a resentir la partida de su histórico guardameta al futbol de Italia. Nada más lejos de la realidad.

Colaborando en casi todos los goles que ha recibido el América en el semestre, y unos abucheos sin precedentes cada vez que le tocaban la redonda. Tras aquella primera partida, Armando Navarrete tenía condiciones similares.

Cuando le tocaba saltar a la cancha lo hacía muy bien, pero nada más se le encomendó la responsabilidad completa no pudo cargar con ella. La afición exigente y el entorno del americanismo lo consumió y tras sus desafortunadas apariciones se le vio poco o nada. 

Se rumora que ahora, Malagón, de futuro promisorio, va a tomar la responsabilidad tras una confianza ciega a Jiménez, quien parece haber sido derrotado por la sombra de Ochoa. Veremos si algún cancerbero es capaz de quitársela de encima y regalarle una estabilidad al arco de las Águilas.

 

POR JOSÉ EDUARDO IGA
TITULAR DE ARREBATO DEPORTIVO EN EL HERALDO RADIO TORREÓN
@JOSE_IGA

 

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