La niñez es la chispa de las fiestas decembrinas; sus risas al pegarle a la piñata, su entusiasmo al adornar el árbol de Navidad y su emoción al abrir los regalos llenan de alegría los hogares. La magia la hacemos por y para ellas y ellos.
Sin embargo, a pesar de ser una época enfocada en hacer dichosa a la niñez así como a la convivencia familiar, en México es una en la que más se vulneran sus derechos. Debido al aumento de cifras negativas como el consumo de alcohol, la violencia intrafamiliar, entre otros aspectos.
Uno de los riesgos latentes es el abuso sexual por parte de algún integrante familiar. Cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indican que México ocupa el primer lugar a nivel mundial en abuso sexual de menores, el 90% de los casos que ocurren dentro de el propio entorno familiar, en su propia casa.
A este riesgo se suma la violencia sexual digital. En la actualidad 750 mil agresores sexuales activos ingresan a diario a las redes sociales para captar a una víctima. Durante esta época vacacional la interacción en internet por parte de la niñez y adolescencia es mayor, lo cual aumenta las posibilidades de tener alguna experiencia de agresión sexual.
De acuerdo con el Instituto de Análisis de Política Familiar, en México al menos 54 por ciento de las niñas, niños y adolescentes ha estado expuesto a algún riesgo en línea, mientras que más de la mitad ha sido o puede ser víctima de abuso sexual o pornografía infantil.
Una cualidad de una persona que abusa de niñas y niños de manera virtual o presencial es que sabe ganarse su confianza para manipularlos y de esta manera pedirles que hagan lo que indica; compartirles información personal, fotografías o videos de ellos o de sus familias o que acudan a ciertos lugares, así que por ninguna razón es propicio culpabilizar a la víctima de sus actos.
Esto es una realidad, es muy probable que conozcamos por lo menos a una persona o infante que fue víctima de abuso durante estas fiestas decembrinas.
¿Qué podemos hacer? Personas adultas responsables, estar conscientes de los peligros, aceptarlos y tomar medidas preventivas.
En cuanto a la agresión cibernética, el portal de la UNICEF recomienda durante esta temporada establecer horarios para el uso de dispositivos digitales, adoptar medidas para cuidar de su privacidad en redes sociales e internet, platicar de los riesgos que hay sin caer en regaños de advertencia, sino más bien como una charla abierta, en la que sepan que pueden acudir a ti sin temor a sentirse juzgados.
Para prevenir el abuso sexual en la familia, es importante involucrar a los infantes en las actividades festivas, haciendo juegos o dinámicas para chicos y grandes, porque a veces se permite que se aparten, lo que puede ser una situación de riesgo.
Estar alerta si la presencia de un adulto los incómoda, no obligarlos a saludar de beso si no quieren y sobre todo no dudar de ellas y ellos si denuncian algún comportamiento de un adulto que no sea de su agrado. Los padrastros, abuelos, tíos y primos son aquellos que incurren en abuso sexual (OMS).
El abuso sexual daña para siempre la vida de un menor, lo ideal es evitarlo a toda costa, pero si experimentamos alguna situación así, un primer paso para la sanación es denunciar, para que el menor perciba que fue defendido, así como contacto cero con el agresor y por supuesto acudir a terapia.
POR DULCE GALINDO VILLA
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