AGENDA LEVANTINA

En busca del mediador honesto

Biden apoya la campaña militar israelí desde los ataques del 7 de octubre. En ese marco, su índice de aprobación entre demócratas experimentó una baja

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Este miércoles, el gobierno israelí aprobó una pausa de cuatro días y acordó con Hamas liberar a 50 rehenes. 

Una declaración, publicada a través del Centro de Información Palestino, decía que a cambio 150 mujeres y niños palestinos serían liberados de las cárceles israelíes. Se trata de una "tregua" y no de un alto el fuego, y el papel de Estados Unidos parece central. 

El presidente estadounidense, Joe Biden, apoya inquebrantablemente la campaña militar israelí desde los ataques de Hamas del 7 de octubre y se ha negado a hablar de un alto el fuego. En ese marco, el índice de aprobación del mandatario entre los demócratas experimentó una disminución de dos dígitos en el último mes, uno de los más bajos de su Presidencia, según una encuesta de Gallup, realizada entre el 2 y 23 de octubre. 

Por su parte, en las filas de su cuerpo diplomático se alzan las voces de protesta, particularmente en el Departamento de Estado, por la política de apoyo a Israel, lo mismo que entre la población árabe-estadounidense. Ésta se estima en 3,700,000 personas y tiene vínculos ancestrales principalmente con Líbano, Siria, Palestina, Egipto e Irak. 

Más de dos tercios de los árabes estadounidenses viven en sólo 10 estados: California, Michigan, Nueva York, Florida, Texas, Nueva Jersey, Illinois, Ohio, Pensilvania y Virginia. Las zonas metropolitanas de Los Ángeles, Detroit y Nueva York albergan a un tercio de la población árabe. La mayoría es nativa y casi 82% tiene la ciudadanía.  

La administración de Biden ha intentado alguna suerte de equilibrio en su posición: 1) Subrayando públicamente que Washington estaba dispuesto a imponer sanciones a los colonos israelíes involucrados en ataques contra palestinos en Cisjordania; 2) Autorizando a Israel comprar miles de rifles M16 de compañías de defensa estadounidenses sólo después de recibir garantías de que las armas no irían a los asentamientos judíos en Cisjordania; 3) Presionando para que el gabinete de guerra israelí autorizara la entrada diaria de cerca de 60 mil litros de combustible a través del paso fronterizo de Rafah y  4) Llamando a reactivar la solución de dos Estados.

Estos gestos son cosméticos, mientras Washington no exija un alto el fuego. Además, gran parte de los fondos para la construcción de asentamientos en Cisjordania son financiados por organizaciones estadounidenses y muchos colonos son ciudadanos estadounidenses. 

De acuerdo con la ONU, el combustible permitido no es suficiente para la salud y vida de los gazauís. Se insiste en una solución de dos Estados sin ninguna discusión sustantiva sobre la legitimidad del liderazgo palestino ni la realidad concreta del territorio. 

La influencia de Washington en el curso de la guerra se percibe como decisiva y lo es, tanto como el problema que para Biden representa el aventurerismo de Benjamin Netanyahu.

POR MARTA TAWIL
INVESTIGADORA DE EL COLMEX

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