Tengo que confesar que tengo cierto aprecio por los españoles; mi abuela, originaria de Pamplona, me inculcó parte de esta cultura y aquí en México siempre fui al Club Asturiano, de hecho, en un verano me aventé todo un tour por varias romerías como la de Llanes, visité Covadonga, Cangas de Onís y por supuesto Oviedo. No sin antes aceptar que estuve en el cuadro de baile donde las jotas asturianas fueron parte de mi vida; el famoso Xiringüelu de Naves lo recuerdo como si lo hubiera bailado ayer, y sí, tengo mi traje típico de llanisca. Es por esto por lo que, escuchar las gaitas y el himno de Asturias, me suena bastante familiar, sobre todo cuando estas tocan “Asturias patria querida” a todo pulmón.
Cuando veo el Premio Princesa de Asturias de las Artes vienen a mí varios recuerdos de una infancia feliz y de una cultura de la que me apropié, aunque no me pertenezca. Este año el premio fue otorgado a la famosa actriz Meryl Streep, quien dio un potente discurso que hizo que los asistentes pasaran de la risa a la reflexión. Con una plena expresión a través de las palabras en las que mostró su humildad en el aprendizaje de su oficio citando a figuras españolas como Penélope Cruz, Picasso y García Lorca. Dijo, mientras estaba en el estrado que: “El trabajo de un actor es encarnar vidas que no son como la tuya”. También dijo que, en palabras un poco más refinadas, no se esperaba estar ahí, que tal vez por representar a personas extraordinarias ahora la tomaban por una de ellas.
Hablo de la intangibilidad en esta profesión de la actuación, “el intangible don de la metamorfosis del actor es lo que hace difícil medirlo o calificarlo”, además de la conexión que le provoca ver una actuación extraordinaria. Se preguntarán, ¿conectada a qué? A otras personas y a otras realidades, porque la conexión con otras personas es la magia que tiene el actor.
Streep dijo en su discurso lo siguiente; “mi sistema nervioso conectado por simpatía al de ustedes, lleva a esa corriente hacia usted, que está sentado en su butaca y hacia la mujer que está sentada a su lado y hacia su amiga también. Todos sentimos que nos está pasando lo mismo al mismo tiempo”. Impresionante lo que hace un actor, ¿no es así? Impresionante lo que hacen las artes en las personas, porque pase lo que pase, sin arte no se puede vivir y eso nos queda claro día con día.
El discurso acaba con la frase “lo importante es escuchar”. Con esto la famosa actriz originaria de New Jersey les da la razón a los criterios del reconocimiento, a los jueces de esta distinción. Ante una Princesa de Asturias feliz de recibirla, ante unas gaitas que se escuchaban a todo lo que da con el Xiringüelo de Naves, Streep recibió su premio dando una lección de humildad y de respeto por esta magnífica profesión.
Qué bonito es Asturias, qué maravilloso premio y qué hermoso discurso el de Meryl Streep. ¡Qué vivan las artes y que viva Asturias!
POR MARÍA DEL MAR BARRIENTOS
MARIMAR.BARRIENTOS@ELHERALDODEMEXICO.COM
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MAAZ