LA NAO DE CHINA

SRE y SE: ¿adversión o colaboración?

México podría aspirar a formar una diplomacia económica con expertos en donde ha trabajado

OPINIÓN

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Adolfo Laborde / La Nao de China / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Como se comentó antes, una vez desaparecido PROMÉXICO, su trabajo fue absorbido por las oficinas de las agregadurías de la Secretaría de Economía (SE) que no cerraron, es decir, las que se encontraban en Bruselas (Bélgica); Ginebra (Suiza); Ottawa (Canadá); Montevideo (Uruguay); Tokio (Japón) y Washington (EU). 

Sin embargo, no contaban con la estructura, personal ni presupuesto para desarrollar esta función. Hoy en día, no se cuenta con algunas de esas oficinas y su trabajo está a cargo del área de Impulso Global de la Subsecretaría de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía y la de Cancillería, que me parece tampoco tienen la experiencia y vocación para ello. 

Es aquí donde está la oportunidad de mejora en materia de promoción comercial incluyente con las Pymes mexicanas y captación de inversión de calidad y que contribuya al desarrollo industrial de largo plazo del país. 

Partiendo del Convenio de enero de 2019, firmado entre la SRE y la SE en materia de promoción económica y atracción de Inversión Extranjera Directa, es necesario dotar de más capacidades a la Cancillería para que pueda cumplir con esa función. 

Es importante profundizar la cooperación entre esa Secretaría y la de Economía, para terminar con la competencia y enfrentamientos sobre el liderazgo en promoción comercial y de inversiones, así como la negociación, seguimiento e implementación de los Acuerdos Comerciales. 

Por decreto de ley, la SE es la cabeza en esto, pero sus capacidades se han visto mermadas y podrían complementarse con la siguiente propuesta: creación de un área especial llamada Centro Pochteca dentro de los departamentos económicos de las embajadas de México en el mundo, donde un Ministro titular experto en promoción y captación de inversiones con un equipo se encargarían de esas labores. 

En caso de que el personal de la Cancillería asignado a ese departamento no tuviera la experiencia, se podrá contratar por artículo 7 a nuevos talentos y paralelamente capacitar a los diplomáticos con poca vocación comercial en el Instituto Matías Romero, o alguna universidad experta en la rama con las que se tenga convenio institucional a través de un programa especial en Comercio Exterior e Inversiones. 

Con esto, la Cancillería comenzaría a formar cuadros y especialistas, según la experiencia regional de cada uno de sus miembros con un perfil económico. Con ello, México podría aspirar a formar una diplomacia económica con expertos en las regiones o países donde han trabajado o investigado previamente. De no hacer esto, se correría el riesgo de no aprovechar las inversiones que buscan a nuestro país. 

Al margen de la creencia de que las inversiones llegarán solas por la ubicación de México, estas podrían elevarse si existiera una estrategia de captación en el mundo, especialmente en las naciones exportadoras de capitales.

POR ADOLFO LABORDE

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