ECOS DE LA CIUDAD

De informes, excesos y abusos

Por si fuese poco, los trabajadores de Servicios Urbanos de la dependencia tienen órdenes precisas de retirar toda publicidad y propaganda de otros aspirantes

OPINIÓN

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Humberto Morgan Colón / Ecos de la ciudad / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Con el garlito de los segundos informes de gobierno, algunos alcaldes que buscan promoción y aspiran a la candidatura de la ciudad de México, han pintado la mitad de las bardas de la capital del país, colocado espectaculares y lonas que atraviesan las principales avenidas y calles de la Metrópoli. También, han subido cientos, tal vez miles de Tictoks, mensajes en X o en Facebook, con los que hacen ver tan pequeño al Instituto Electoral de la Ciudad de México, que uno se pregunta ¿Cuáles son las acciones de vigilancia y por qué funciones les pagan a los ciudadanos Consejeros de esta Instituto?

En Álvaro Obregón, el pasado lunes amanecieron las principales avenidas de la demarcación colmadas de propaganda de la alcaldesa Lía Limón, la exageración y la desproporción brutal de lonas monumentales montadas en cada uno de los puentes peatonales, miles de gallardetes literalmente instalados a contra cara en todos y cada uno de los postes de alumbrado y telefonía, así como el abuso en la pinta de bardas públicas de toda la demarcación, son una verdadera necedad y un cuantioso derroche de dinero, que bien podría servir para pavimentar calles, ampliar la red hidráulica en las colonias carentes del vital líquido o mejorar la caótica movilidad de las siete barrancas que conforman este heterogéneo territorio.

Por si fuese poco, los trabajadores de Servicios Urbanos de la dependencia tienen órdenes precisas de retirar toda publicidad y propaganda de otros aspirantes. Así, más tardan en promocionarse en los espacios públicos, que los empleados de la alcaldesa en borrar bardas y arrancar, en las sombras de la noche, toda publicidad de otros contendientes.

Lo que es cierto, es que la insolencia y desproporción en la colocación de gallardetes y saturación de bardas con su nombre podrían estar nominadas a las secciones que la propia alcaldesa impulsa en Facebook y que titula, “México Mágico y Vecino Gandalla”, cuando algún habitante hace mal uso de la vía y el espacio público.

Actividad, con la que recorre las calles de Álvaro Obregón y que por cierto, es una especie de copia del entonces City Manager de la Miguel Hidalgo, Arne Aus Den Ruthen con su “Poder Antigandalla”. En la misma lógica, la de denunciar los abusos de algunas personas, sin cortapisas, podemos llamar a esta acción, “Una Alcaldía Gandalla en nuestro México Mágico”.

¿Pero que puede motivar este exceso? Tal vez, la prepotencia y la soberbia, un pésimo asesoramiento político, un insano culto a la personalidad o bien, el miedo a perder la alcaldía. Aún no lo sabemos, pero es tan desagradable la adulación que se hace la servidora pública, que muchos jóvenes y diversos vecinos han rayado con pintura en aerosol, lonas y gallardetes de la susodicha, como una reacción a la sobresaturación y al hartazgo visual.

Por supuesto, que existe un gran malestar entre los habitantes, pues las acciones para mejorar la calidad de vida de los obregonenses no aparecen por ningún lado. Sin embargo, la promoción personalizada de la funcionaria es verdaderamente de locura, algo que rebasa todo límite y donde el exceso es digno de caso de estudio.

Mientras el Instituto Electoral de la Ciudad de México atina hacer su trabajo, vale la pena recordar la frase del sociólogo polaco Zygmunt Bauman a propósito de conductas similares: “Nos hallamos en una situación en la que, de modo constante, se nos incentiva y predispone a actuar de manera egocéntrica y materialista.” Añadiríamos, para conservar un poder, que para lo que menos ha servido es para servir a los ciudadanos.

POR HUMBERTO MORGAN COLÓN

COLABORADOR

@HUMBERTO_MORGAN

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