COLUMNA INVITADA

Ciudadanía y encuesta

Pensar que todo se mueve por un hueso o una pelea de grupitos es equivalente a desconocer el cambio de régimen existente desde el 2018

OPINIÓN

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Salvador Guerrero Chiprés/ Colaborador/ Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En la capital nacional se generará evidencia de las prioridades del movimiento social y político al que llamamos Morena. 

Encuestas, agrupamientos de personalidades, impacto de campaña en redes y territorial así como presuntos madrinazgos o padrinazgos, más bien magnificados por los medios, todo ello, está fuera del ámbito de lo esencial: aquello que llamamos “pueblo” o “sociedad civil”, la cual está en condición de diferenciar y decidir durante una encuesta y la decisión de género correspondiente que será crucial para la historia política capitalina y de la nación entera.

Más en el caso de Clara Brugada Molina y de Omar García Harfuch que en el de los otros perfiles inscritos, se prueba una condición de incertidumbre democrática  —buena señal del proceso— como también se demuestra la fortaleza unitaria fundamental del partido en el gobierno.

Pensar que todo se mueve por un hueso o una pelea de grupitos es equivalente a desconocer el cambio de régimen existente desde el 2018, cuando comenzaron a modificarse las relaciones entre los actores e intereses característicos del previo sistema político donde el predominio de lo social había sido desbancado ante la hegemonía de lo individual. Ya no.

La ciudadanía es libre y se mueve por sus principios y valores. El mito de la cargada respecto de Brugada o de Harfuch me parece rebasado. Es, más bien, una descalificación proveniente de las oposiciones respecto de las cuales tanto la primera como el segundo tienen claras oportunidades de vencer. 

Así lo revelan todos los careos conocidos y los no publicados, siendo el más importante el del 14 de agosto de El Universal donde Brugada y Harfuch, entre ellos, tienen una diferencia de un punto porcentual frente al opositor más aventajado —presumiblemente Santiago Taboada— y ambos le aventajan cada por más de 13 puntos porcentuales. Ahí está la raíz de su unidad: se saben parte del mismo bloque ganador.

¿Tienen las grandes personalidades de poder saliente y entrante, el Presidente Andrés Manuel López Obrador o Claudia Sheinbaum Pardo, alguna influencia? En este cambio de régimen, la más importante es aquella proveniente de una ciudadanía educada, informada, politizada donde también es posible la sorpresa de diagnósticos equivocados: ¿Se gana más con un hombre o con una mujer? ¿Se puede ganar tanto la mayoría como mantener inspirado el movimiento?

Respecto de esta última pregunta mi hipótesis, fundamentada en los careos, es afirmativa: está en manos de la ciudadanía, el movimiento, las autoridades electorales y de todas las voces el compartir una lección histórica de congruencia y consistencia, de unidad y de futuro.

¿Puede perderse una opinión asentada personal o colectiva ante la evidencia de la bondad de reconocer la identidad del proceso? La ciudadanía seguramente se comportará maduramente, en especial en la ciudad más politizada del país: su capital. Así lo han hecho los aspirantes. Confiemos.

Salvador Guerrero Chiprés

Colaborador

@guerrerochipres

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