AGENDA LEVANTINA

La reconfiguración del autoritarismo

En los últimos días las acciones del príncipe heredero saudí, Mohammed Ben Salman

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En los últimos días las acciones del príncipe heredero saudí, Mohammed Ben Salman; el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan; y el presidente sirio, Bashar al-Asad, acapararon la atención de medios internacionales y de Medio Oriente. 

El 20 de septiembre, Ben Salman dio una entrevista a Fox News en la que confirmó los rumores de una próxima normalización con Israel y habló de un proyecto nuclear con fines pacíficos, pero al mismo tiempo dejó claro que si Irán fabricaba una bomba nuclear, Riad haría lo mismo.

Esa misma semana, en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, Erdogan se encontró personalmente con Netanyahu, luego de que en julio ambos países finalmente restablecieran sus relaciones diplomáticas. Aliados de Azerbaiyán, Turquía e Israel se benefician de la guerra relámpago emprendida hace dos semanas por Bakú en el disputado enclave de Nagorno-Karabaj, donde la población armenia está siendo asediada y violada por los azeríes. Por su lado, el viernes pasado, Al-Asad viajó a China, 20 años después de su primera visita a ese país, y ambos países anunciaron una “asociación estratégica”. 

Los logros que los tres mandatarios habrán alcanzado con estas maniobras serán en el mejor de los casos ambiguos. Es totalmente improbable que el príncipe saudí se convierta en la clave para poner fin a la ocupación israelí de Palestina; en cambio, sí le ofrecerá un salvavidas político a Netanyahu, frente a las continuas movilizaciones contra su autoritarismo de miles de personas dentro de Israel, y fuera -como en Nueva York-, donde la mayor parte de los manifestantes son apasionadamente proisraelíes y nunca han protestado así contra las violaciones de Israel en la Palestina ocupada.

Además, Riad podría desencadenar una carrera armamentista nuclear regional, en la que Turquía y Egipto intentarán lanzar proyectos similares. Por su parte, Erdogan busca ganarse el favor de Washington, fiel aliado de Israel; éste suspendió la venta de aviones de combate F-16 prometidos a Turquía, al parecer vinculando su liberación a la ratificación, por parte del Parlamento turco, de la adhesión de Suecia a la OTAN.

Además, Ankara necesita avanzar en el tema energético, pero en ese terreno la asociación de Israel con Egipto y Grecia va muy adelantada. Y si Damasco se unió al ambicioso proyecto Ruta de la Seda en enero de 2022 y espera obtener importantes beneficios económicos de China, urgentes en el marco de las manifestaciones que estallaron recientemente en Sueida en el sur de Siria, no será ni de cerca suficiente para contrarrestar las sanciones internacionales, la deuda del país será estratosférica, y a expensas de la población. 

Sin duda, los tres mandatarios han proseguido un camino en su política exterior con giros destinados a remodelar el papel nacional de sus países, y de maneras que coadyuven al asentar el autoritarismo en casa. 

POR MARTA TAWIL

IINVESTIGADORA DE EL COLMEX

MAAZ