PORTAZO

El ángel exterminador

El desmembramiento del INE propuesto en marzo de 2021 por Mario Delgado se ha quedado lejos. Era el preludio

OPINIÓN

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Rafael Cardona / El Portazo / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

En marzo del año 2021, en plena efervescencia por la cancelación de las candidaturas de Félix Salgado Macedonio, en Guerrero, y Raúl Morón, en Michoacán, Mario Delgado, presidente de Morena, entre ataúdes de cartón y barricadas admitió la intención de exterminar al Instituto Nacional Electoral.

Lo acusó, en el extremo de la originalidad, de estar al servicio del PRIAN. Simplemente repitió la voz del amo y advirtió la intención de fondo: desmembrar la institución completa, no sólo el Consejo General.

Y el Plan B, sucedáneo de la fracasada Reforma Constitucional, lo hace posible. Destruye la distritación territorial, confisca el padrón, anula el Servicio Profesional y limita tiempos y presupuestos, entre otras lesivas maniobras cuyo contenido en sí mismo, es anticonstitucional. Por eso hay controversias planteadas ante la Suprema Corte de Justicia.

Las reformas vengativas no tienen argumentos democráticos reales. Acusar al INE de rellenar urnas y comprar votos es una desmesura y también una mentira. Pero dónde ya se advierten ideas delirantes, en la más reciente acusación: quienes protestan por la mutilación del Instituto, en verdad defienden a García Luna, no al sistema electoral.

Esa extrañísima asociación de personas y tiempos sólo se produce por un rencor constipado e irracional, como todas las obsesiones.

Frente a los dichos actuales, los límites de hace un par años, sintetizados en el exterminio propuesto por Mario Delgado se han quedado lejos. Muchos pensaron entonces: este es el límite del amago contra los consejeros, pero no, era el preludio. El más grave de los señalamientos presidenciales en contra del INE y quienes lo defienden no es absurdamente, de carácter electoral, es de incomprensible asociación, porque de acuerdo con la suspicacia del Palacio Nacional, no se quiere defender al Instituto sino a ¡Genaro García Luna!; como si hubiera una posible asociación entre ambos asuntos.

No es ni siquiera entre la gimnasia y la magnesia, con la magnesia; es simplemente recurrir a cualquier cosa por desmesurada como resulte, con tal de aumentar la intensidad de una campaña de desprestigio para justificar entonces, toda mutilación “legal” de las facultades y capacidades del sistema electoral en su conjunto, apropiarse de él y abatir contra todo cuanto antes se defendía.

La legalidad, la equidad, la certeza, la verdad en las elecciones sólo son posibles si hay un sistema justo y profesionalmente activo, sin el cual nunca será posible en este país cumplir con aquel anhelo tan costoso en la historia y por tantos años tan vulnerado del sufragio efectivo y la no reelección.

Hoy la continuidad ideológica, por medios forzados, es una forma de reelección indirecta. Un Maximato al máximo. Y en esas anda el juego corcholatero.

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POR RAFAEL CARDONA

COLABORADOR

@CARDONARAFAEL

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