Cincuenta años después de la última misión Apolo, el programa Artemisa está listo para tomar el inicio de la exploración lunar con un lanzamiento de prueba del cohete más poderoso en la historia de la NASA.
Artemis I, será la primera de una serie de misiones cada vez más complejas para construir una presencia humana a largo plazo en la Luna durante las próximas décadas. Es un programa internacional liderado por la NASA, pero en el que, además de Estados Unidos, también participan 19 agencias espaciales como la de Japón, Canadá, Brasil, Australia y México.
Artemis I, anteriormente Exploration Mission-1, será la primera prueba integrada de los sistemas de exploración del espacio profundo de la NASA: la nave espacial Orión, el cohete Space Launch System (SLS) y los sistemas de tierra en el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida. Será una prueba de vuelo sin tripulación que proporcionará una base para la exploración humana del espacio profundo y demostrará nuestro compromiso y capacidad para extender la existencia humana a la Luna y más allá.
Durante este vuelo, la nave espacial se lanzará en el cohete más poderoso del mundo y volará más lejos de lo que jamás haya volado ninguna nave espacial construida para humanos. Viajará 280.000 millas desde la Tierra, miles de millas más allá de la Luna, en el transcurso de una misión de cuatro a seis semanas. Orión permanecerá en el espacio más tiempo que cualquier nave para astronautas sin acoplarse a una estación espacial y regresará a casa más rápido que nunca.
Los objetivos principales de Artemis I son demostrar los sistemas de Orión en un entorno de vuelo espacial y garantizar un reingreso, descenso, amerizaje y recuperación seguros antes del primer vuelo con la tripulación en Artemis II.
A nivel práctico, se trata de un colosal proyecto de despliegue de infraestructura en el espacio. Durante la próxima década, Artemis desarrollará y pondrá en órbita (o en la superficie de la Luna) todo tipo de rovers, módulos de aterrizaje robóticos, satélites, estaciones espaciales e infraestructuras básicas de la base lunar. También se llevarán los primeros equipos para comenzar a explotar los recursos propios del satélite.
EL COHETE MÁS PODEROSO DEL MUNDO
Más potente, más rápido, más fuerte y mejor, así han descrito al cohete. Tiene una altura de 98 metros, el cohete SLS contiene una parte central que quema una mezcla de hidrógeno y oxígeno líquidos, una parte superior, dos refuerzos sólidos y cuatro motores RS-25, lo que lo convierte en el más poderoso del mundo. Para alimentar a Orión, un total de 15.000 células solares en cuatro conjuntos ayudarán a convertir la luz en electricidad; las matrices pueden girar y pivotar para permanecer alineadas con el Sol para obtener la máxima potencia.
El cohete SLS es el primer vehículo espacial diseñado por la NASA desde que terminara el programa de los transbordadores espaciales como el Columbia y el Atlantis.
La misión, planificada durante más de una década, no está tripulada, pero es altamente simbólica para la NASA, dada la presión que ejercen China y competidores privados como SpaceX.
LA CÁPSULA ORION – AMERIZAJE EN EL PACÍFICO
La cápsula Orión, que fue creada en colaboración con la Agencia Espacial Europea, orbitará alrededor de la Luna y se aproximará a unos 100 km como máximo y luego encenderá sus motores para alcanzar una distancia 64 mil km más lejana, un récord para una aeronave adecuada para transportar humanos.
Uno de los objetivos principales de la misión es probar el escudo de calor de la cápsula, que con casi 5 metros de diámetro es la más grande jamás construida. En su regreso a la atmósfera terrestre, el escudo de calor debe soportar una velocidad de más de 40 mil kilómetros por hora y una temperatura de 2.760 grados Celsius.
Orión, cuyo descenso será frenado con paracaídas, terminará su viaje con un amerizaje en la costa de San Diego, en el Pacífico.
COSTO DE LA MISIÓN
El informe de la OIG (Oficina del Inspector General) criticaba que la NASA fuera incapaz de estimar cuál sería el costo del programa consistente. Sin embargo, sí se atreve a realizar una estimación aproximada: El informe estima que el programa habrá requerido 93.000 millones de dólares para 2025.
Por otro lado, calcula que las primeras cuatro misiones Artemisa costarán cerca de 4100 millones de dólares cada una. De ellos, unos 2.200 millones de dólares corresponden al SLS, 1.300 millones de dólares a la nave Orión y el resto a la infraestructura de lanzamiento.
PRÓXIMAS MISIONES ARTEMIS
El programa Artemis se articula en torno a una serie de misiones principales (llamadas misiones 'SLS' por el 'Space Launch System', el primer cohete lunar diseñado para misiones tripuladas que ha puesto la NASA en pie desde el Saturno V).
En los próximos años, la NASA pretende alojar a los primeros astronautas en la Luna desde 1972, incluida la primera mujer que viaje a la superficie lunar. Siguiendo los pasos del programa Apolo, esta campaña lunar del siglo XXI, denominada Artemis, podría devolver a los humanos a la superficie lunar tan pronto como en 2025.
EMPRESAS PRIVADAS EN EL SECTOR ESPACIAL
Cada vez más las empresas privadas invierten en la industria espacial, teniendo como objetivo hacer crecer el mercado para desarrollar tecnología e incluso impulsar nuevos mercados. En 2021, la inversión del capital privado rompió todos los récords establecidos desde hace más de diez años, cuando apostar por el espacio no era factible.
Un nuevo informe publicado en Space Capital, reveló que la inversión de compañías privadas en infraestructura espacial alcanzó los 14 mil 500 millones de dólares. El estudio realizado por Space Investment Quarterly destacó que hubo una inversión 50% mayor en comparación a 2020, cuando solo recaudó 9 mil 100 millones de dólares.
Asimismo, el reporte también destacó que el cuarto trimestre de 2021 alcanzó los 4 mil 300 millones de dólares para impulsar las inversiones a nivel récord. Según los datos, Sierra Space inyectó un capital de mil 400 millones de dólares superando a SpaceX quien invirtió 337 millones de dólares y a Planet Labs (250 millones de dólares).
Los Magnates y las empresas deben invertir en dos importantes sectores:
• Baterías de tecnología espacial: donde se incluye infraestructura, distribución y aplicación.
• Infraestructura: las compañías inyectan capital con el objetivo de construir cohetes y satélites.
A medida que las empresas privadas apuestan cada vez más por la industria espacial, el mercado se vuelve más competitivo, por tanto, la inversión va en aumento.
POR JAVIER LÓPEZ CASARÍN
EXPERTO EN INNOVACIÓN
MAAZ