Deambulaban por San Juan Letrán y Francisco I. Madero, ataviados con su cámara fotográfica; algunos transeúntes eran retratados de manera espontánea, sin decir agua va, a los agraciados se les entregaba un volante para recoger su instantánea, eran los “fotógrafos ambulantes de acera” como les llama Sergio González Rodríguez.
Ella de vestido, el de traje caminaban por la banqueta del brazo muy quitados de la pena, generalmente eran parejas, dos amigos, un señor trajeado con sombrero muy circunspecto, algunos acudían por su foto con la finalidad de guardar un recuerdo, eran fotografías del tamaño de una postal, capturada por “Fotógrafos ambulantes no identificados”, como los denomina Laura González; San Juan de Letrán era el escenario.
En los pequeños volantes que entregaban los fotógrafos del establecimiento Instantáneas Exactas, se lee, “Pase a ver su Instantánea gratis. En el patio del Palacio Iturbide Madero 17. Vea su foto mañana después de las 11 A.M”. Cabe señalar que lo de gratis era una atracción, pues en la mismo dice, “Oferta especial ampliación tamaño postal 1 COPIA $1.50 2 COPIAS $2.00 Para sus fiestas llámenos a los tels. 36 08 74 -12 70 57”.
Por su parte, la tienda Instantáneas ICA el cual[RMC1] estaba ubicado en el pasaje de Cinelandia, San Juan de Letrán 6, ofrecía, “Gratis vea su fotografía. Su instantánea tomada al natural es de gran interés …Para ordenes por correo envíe el importe y timbres…Precio especial tamaño “POSTAL”.
De acuerdo a María del Carmen Rión Santisteban, en el libro “A cuarenta años del Pasaje Savoy”, el Cinelandia, “estaba ubicada en el Edificio Rule…una célebre sala dedicada al público infantil, perteneció al director ruso Arcady Boytler, y en la que solo pasaban cortos , cartones…comenzaba a funcionar desde las 11 de la mañana” .
Por su parte, el historiador Guillermo Tovar de Teresa, afirma en su libro La Ciudad de los Palacios. Crónica de un Patrimonio, “San Juan de Letrán, era el nombre de un solo de los tramos, el comprendido entre Zuleta y San Francisco, es decir, entre Venustiano Carranza y Madero”.
El investigador Jorge Acevedo, escribe en la publicación Alquimia núm. 24, “Uno de los mecanismos más recurrentes del ser humano para preservar su memoria ha sido, desde su invención en 1839, aquel obtenido mediante la imagen fotográfica”, Alejandro Rosas, en el libro Oficios, señala “En su vertiente ambulante, el fotógrafo encontró su gran oportunidad a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando se popularizó la fotografía instantánea con las cámaras Polaroid”.
Prueba de lo anterior, era la visita a la alameda en época decembrina, retratar a los niños y niñas con una Santa Claus o bien con los Reyes Magos, más aún, la tradicional visita a La Villa y posar en un paisaje con la Virgen de Guadalupe o la cascadita del jardín.
Más aún, acudir a una función del circo era inevitable salir sin su respectiva foto del Unión, Gasca, Flama, Atayde, a un precio de 5 pesos, “Un recuerdo del Circo “OSORIO” el coloso de las Américas”, o bien aquellos cubitos de plástico que en un extremo tienen un lente de aumento y en el extremo se aprecia la imagen de la familia en la función.
Click, Click, Click, diría Salvador Chava Flores.
POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS
COLABORADOR
MAAZ