REFLEXIONES CONSTITUCIONALES

Maximato... a la vista

Para que se convierta en Maximato, morena requiere que prevalezca el carisma del mandatario y su popularidad, que el partido conserve su fuerza electoral y que se designe a un candidato ganador a la presidencia, que esté sujeto a la voluntad del líder

OPINIÓN

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Alfredo Ríos Camarena / Columna Invitada / Opinión: El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Los partidos políticos únicos, hegemónicos y dominantes, tienden –generalmente— a establecer la permanencia del líder de éstos, a través de reelecciones casi permanentes; sin embargo, en el caso de México los factores del poder apuntan a otra circunstancia, porque el tema sustancial de la primera etapa de la Revolución Mexicana encabezada por Francisco I. Madero fue el “Sufragio Efectivo, No Reelección”. Cuando Álvaro Obregón logró la modificación constitucional y la reelección, fue asesinado; esto dio lugar a que Plutarco Elías Calles creará un Partido de Estado, que estaría al servicio del “Líder Máximo” que decidió cuatro procesos presidenciales con el propio Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez y Lázaro Cárdenas.

Actualmente, el presidente López Obrador ha controlado la mayoría simple de las Cámaras federales, 18 gubernaturas estatales, y mañana aumentará su caudal político, cuando menos con cuatro gubernaturas más.

Esta fuerza política –para que se convierta en un Maximato— requiere que prevalezca el carisma presidencial y su popularidad; que Morena conserve su fuerza electoral, y que se pueda designar un candidato ganador a la presidencia que, tacita o expresamente, esté sujeto a la voluntad del líder.

El Maximato está a la vista y la selección de sus precandidatos presidenciales se centra en cuatro personajes: Ricardo Monreal, político inteligente y hábil, con luz propia y abiertamente exponiendo su voluntad de ser candidato morenista, que exige que la selección se realice democráticamente, lo cual no sucederá, pues ya lo determinó así el presidente López Obrador.

Marcelo Ebrard tiene las credenciales como exgobernante de la Ciudad de México lealtad probada, cuando fue el segundo de a bordo de Manuel Camacho Solís; adicionalmente ha tenido un manejo importante de las relaciones con los Estados Unidos, pero no parece ser el elegido. La sombra del accidente del Metro lo persigue.

Claudia Sheinbaum aparentemente es la favorita. Cuenta con simpatías, aun cuando el Presidente de este instituto político, Mario Delgado, es un alfil de Marcelo. El problema que enfrenta es la tragedia de la Línea 12; también se le atribuye la derrota electoral de Morena en la Ciudad de México y, finalmente, se aduce que carece de la experiencia política y del reconocimiento nacional. Por ello, se está rumorando que pudiera pedir licencia para ser la nueva Presidenta de Morena.

Adán Augusto López, secretario de Gobernación, fue descartado desde el principio, pero las condiciones políticas de los últimos meses lo han incluido en forma innegable en esta cuarteta; es un político de maneras suaves, conocimiento amplio del morenismo y, también, de cercanía personal con su paisano el Presidente. Probablemente será el ganador de esta candidatura presidencial. Por lo pronto, el Maximato está a la vista.

POR ALFREDO RIOS CAMARENA

CATEDRÁTICO DE LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNAM

PRESIDENTE DEL FRENTE UNIVERSITARIO LATINOAMERICANO (1958-1962)

VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD MEXICANA DE GEOGRAFÍA Y ESTADÍSTICA

MAAZ