AIFA

AIFA: No es un desastre

Sin conectividad no habrá éxito. Si no es posible llegar rápido y a un costo razonable, el nuevo Aeropuerto no será funcional

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Es todo menos políticamente correcto decirlo, pero el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) no es un desastre; está lejos de ser una “central camionera”, como en tono despectivo sus críticos en redes –sobre todo en twitter- afirman. Cada quien tendrá su opinión, pero para tenerla, hay que ver la obra, dimensionarla, entenderla en sus distintas etapas. No es una catástrofe, pero tampoco es perfecto. Todo proyecto es mejorable y este no es la excepción. 

En un país tan polarizado, la pasión nubla la razón; el deseo, los argumentos. Hay quienes convencidos de lo que creen y seguros de ser portadores de “la verdad”, desestiman cualquier otra opinión que no esté alineada con la propia. 

Desde hace un año, hemos estado tres veces en el AIFA, que hoy se inaugura en Santa Lucía. Hemos mostrado nuestro trabajo, compartido imágenes, así como entrevistas, lo mismo con el encargado del proyecto, el general Gustavo Vallejo, que con decenas de militares y civiles, que han participado en él.

La obra ha sido golpeada por parte de la oposición. Nada raro hay en eso. Llama la atención, eso sí, que los principales detractores sean quienes no han ido y opinan a la distancia. 

Se podrá argumentar sobre la decisión de hacer ahí el Aeropuerto, la cancelación de lo que se construía en Texcoco, los tiempos y la calidad de la obra, pero para hacerlo, hay que comprender el proyecto y sus alcances. Descalificar o aplaudir a priori, aleja de la verdad.

En comparativa, los terrenos del AICM –que está rebasado- no superan las 800 hectáreas; el nuevo proyecto tiene más de 4 mil 500 hectáreas. Hoy en el AICM solo puede operar una pista; en el AIFA podrán hacerlo tres de manera simultánea.

Se ha insistido en que tiene 14 posiciones de contacto para aeronaves. La realidad es que en el edificio Terminal (de 384 mil metros cuadrados y una extensión mayor al kilómetro de punta a punta) son 28 de contacto -en la primera etapa- más posiciones remotas y de plataforma abierta. En total: 99 posiciones para aeronaves de ala fija. Se ha repetido, también, que la Torre de control está chueca y, lamento decepcionar a los convencidos de ello, pero no. Subimos los 88 metros de la Torre y no está inclinada.

Además de un Aeropuerto, el desarrollo incluye una Ciudad militar con escuelas, hospitales y viviendas; centro comercial, cine, boliche, hoteles, museos, … pero el reto principal es la conectividad. Y ahí es donde nadie puede cantar victoria. Porque de poco importará una Terminal bien diseñada, si no es accesible. La red de movilidad incluye 24 proyectos (16 del Edomex, dos de Sedena, dos de FONADIN, dos de gobierno CDMX y tres de SCT).

Buena parte de las obras, no están terminadas. La Sedena avanzó dentro del terreno del AIFA (45 frentes de trabajo laboraron en tres turnos diarios de 8 horas c/u), pero la velocidad de otras dependencias en la ejecución de infraestructura (distribuidores, autopistas y un tren) que lleva a la Terminal no fue a la par. Los tiempos de traslado y costos de hacerlo, representan por ahora el reto principal.

Sin conectividad no habrá éxito. Si no es posible llegar rápido y a un costo moderado, el Aeropuerto no será funcional.

Mención aparte merecen la aeronáutica, autorizaciones y permisos. Claves, sin duda. Pero el AIFA está lejos de ser un desastre, aunque no sea políticamente correcto decirlo.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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