DEFINICIONES

El México en que matan periodistas

Trágico. Ocho periodistas asesinados en dos meses y medio; uno cada nueve días, en promedio

OPINIÓN

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Manuel López San Martín / Definiciones / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los asesinatos de periodistas son tan comunes en nuestro país, que ya no ocupan las primeras planas. Las agresiones están normalizadas.

 El pasado martes por la tarde, mataron a tiros, en su casa, frente a su familia, al periodista Armando Linares, director del portal Monitor Michoacán. Él había anunciado hace un mes y medio, el 31 de enero, el asesinato de otro de sus colaboradores, Roberto Toledo, en Zitácuaro.

El caso es tan trágico como frecuente. ¿Dónde está la autoridad? ¿Dónde la Policía? ¿Dónde el Estado de Derecho? ¿Qué está pasando? Ocho periodistas asesinados en dos meses y medio; uno cada nueve días, en promedio. ¿Cómo se detiene esta espiral de violencia? ¿Quién para las agresiones? En el caso de Armando, él había denunciado amenazas. Lo mataron. 

Lo mismo ha ocurrido con otros periodistas. Lourdes Maldonado, asesinada en Tijuana en enero pasado, también había expresado —incluso en una mañanera del Presidente— su temor por amenazas. No tuvo la protección suficiente. Pero esa realidad no es nueva. 

En junio de 2019, por ejemplo, mataron a tiros a la periodista Norma Sarabia, llegando a su casa en Huimanguillo, Tabasco. 

Ella fue la décima comunicadora asesinada desde que comenzó el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. Norma había recibido amenazas de muerte. Nadie la protegió. 

En México matar periodistas es fácil. Quién lo hace tiene más de 95% de posibilidades de no ser detenido, de nunca ir a juicio, de jamás pisar la cárcel (Artículo 19). 

La impunidad acompaña el asesinato de periodistas. También la indolencia de las autoridades que a veces no investigan, y otras, están detrás de los crímenes. Más de la mitad de los ataques a comunicadores vienen de alguna autoridad. 

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 Desde hace por lo menos una década, nuestro país es el país más violento para ejercer el periodismo en América, y uno de los más peligrosos del mundo. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto hubo 47 asesinatos contra informadores, pero como va la tendencia, este sexenio romperá el récord. 

En lo que va de este año, ocho periodistas han sido asesinados: José Luis Gamboa, Margarito Martínez, Lourdes Maldonado, Roberto Toledo, Heber López, Jorge Camero, Juan Carlos Muñiz y Armando Linares. Matar periodistas se puede, porque quienes debieran garantizar libertad de expresión, en no pocas ocasiones, son quienes buscan sepultarla. 

Los encargados de proteger a los comunicadores, rara vez encaran el tema y son contadas las autoridades estatales que implementan mecanismos de protección. Y cuando matan a un periodista, algunos no se dan ni por enterados. Si el caso no conmociona a la opinión pública, hay carpetazo. Nadie investiga. Nadie va a fondo. Nadie castiga. 

El asesinato de Armando y lo que ocurrió con Monitor Michoacán, tendría que cimbrarnos a todos. Su historia desnuda el horror de la realidad. El 31 de enero asesinaron a Roberto Toledo, colaborador del medio. El pasado martes, mataron a su director. Ayer, Monitor Michoacán anunció que no seguirán publicando; decidieron cerrar. ¿Cómo no entenderlos? Los amenazaron, los mataron, los silenciaron.

POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
M.LOPEZSANMARTIN@GMAIL.COM
@MLOPEZSANMARTIN

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