COLUMNA INVITADA

Gabriel García Márquez

Para Felipe Trejo Velázquez, por la amistad

OPINIÓN

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Rubén Martínez Cisneros / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 8 de diciembre de 1982, el escritor colombiano Gabriel García Márquez recibió el Premio Nobel de Literatura, hace 40 años, de acuerdo a la Academia Sueca “…por sus novelas e historias cortas en las que lo fantástico y lo real son combinados en un tranquilo mundo ricamente compuesto de imaginación, lo que refleja la vida y los conflictos de un continente” 

Como respuesta, García Márquez, (Aracataca, Colombia, 6 de marzo de 1927-Ciudad de México, 17 de abril de 2014), ofrece su discurso La Soledad de América Latina a los integrantes de la Academia, donde hace gala de su realismo mágico: “Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompaño a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo…contó que vio cerdos con el ombligo en el lomo y unos pájaros sin patas …”. 

En 1947 inicia su carrera de abogado en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Nacional, en su texto Vivir para contarla confiesa, “Acababa de abandonar la facultad de derecho al cabo de seis semestres…dedicados más más que nada a leer lo que me cayera en las manos” y agrega, “con la ilusión temeraria de vivir del periodismo y la literatura sin necesidad de aprenderlo”. 

A partir de 1948, por invitación del escritor Manuel Zapata Olivella, estrena su prosa en El Universal, diario recién fundado, su primer texto es publicado el 21 de mayo en la columna “Punto y Aparte”, “Los habitantes de la ciudad nos habíamos acostumbrado a la garganta metálica que anunciaba el toque de queda”. 

Es a partir de aquí que emprende su camino por el periodismo, del cual señala, “Alternaba mis ocios entre Barranquilla y Cartagena de Indias, en la costa caribe de Colombia, sobreviviendo a cuerpo de rey por lo que me pagaban mis notas diarias en El Heraldo de Barranquilla… tres pesos por nota diaria y cuatro por un editorial…”, justo en la redacción de este matutino escribió La hojarasca. 

En marzo de 1958 se casa con Mercedes Barcha, llega a México en 1962 después de ser corresponsal en Nueva York de la agencia Prensa Latina, acompañado de su esposa e hijo, donde encuentra acomodo como redactor de una revista femenina. 

El 5 de junio de 1967, publica Cien años de soledad, “Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo”, considerada como una de las mejores novelas contemporáneas. 

Además de la anterior podemos citar, El otoño del patriarca, Crónica de una muerte anunciada, Historia de mis putas tristes, El amor en los tiempos del cólera, La Cándida Eréndira y su abuela desalmada, más aún, su obra periodística publicada en El Universal de Cartagena y El Espectador de Bogotá, se recopila en Textos costeños y Entre cachacos, por solo mencionar estos. 

De sus autores literarios predilectos figuran William Faulkner, Dostoievski, Tolstoi, Flaubert, Virginia Wolf, Herman Melville, Alejandro Dumas, Ernest Hemingway, entre otros, el 5 de mayo de 1983, escribió, “Una de las ventajas del Premio Nobel es que nunca más hay que volver hacer cola en ninguna parte”. 

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ