COLUMNA INVITADA

Naufragio

Occidente vive un periodo de lamentable orfandad política; este año, Reino Unido ha tenido tres primeros ministros: Boris Johnson, Liz Truss y ahora Rishi Sunak

OPINIÓN

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Javier García Bejos / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Casi en un homenaje a una de las mejores pinturas de uno de sus artistas más notables, William Turner, desde su salida de la Unión Europea, Reino Unido ha sido incapaz de aportar soluciones económicas y políticas necesarias para recuperar esa independencia y grandeza británica, que según los votantes del Brexit, les arrebató la “subordinación” a Bruselas.

Desde que se oficializó su salida, el 31 de enero de 2020, meses antes que iniciara la pandemia, han pasado por el número 10 de Downing Street, hasta ahora, cuatro primeros ministros: Theresa May, Boris Johnson, Liz Truss y el recién nombrado Rishi Sunak, que sustituye a Truss al renunciar a los 44 en el cargo.

El millennial nuevo primer ministro, de origen indio, fue Ministro de Hacienda en el periodo de Boris Johnson. Será el primero de una minoría étnica que tome las riendas de Reino Unido y el más joven en 200 años. El millonario, hijo de un médico y una farmacéutica, rebasa apenas los 40.

Si bien, el hecho casi inédito de su juventud y sus orígenes étnicos parecieran darle un poco de legitimidad a un partido que lleva 12 años cometiendo un traspié tras otro, el ahora líder del Partido Conservador de Reino Unido no la tiene sencilla. Su misma calidad de multimillonario, que ha trabajado con bancos y fondos, como Goldman Sachs, aunado al escándalo fiscal de su esposa, Akshata Murty, acusada de no pagar impuestos, y el hecho de ser considerado un político de élite por haber estudiado en algunas de las universidades más prestigiosas (Winchester College, Oxford y Stanford), quizá no jueguen a su favor en un momento social, que cada vez se cuestionan más los privilegios.

En su discurso inaugural como primer ministro ha reconocido los errores de su antecesora, así como la profunda crisis económica que vive su país. No obstante, falta por ver si el banquero estará a la altura de una nación que lleva años sumida en el caos político y económico.

En realidad, para ser sinceros, la historia de Reino Unido en la última centuria ha estado plagada de crisis económicas y una que otra tormenta política, pero sin duda alguna las tempestades de ese país se han ido incrementando a partir de, en mi opinión, la errónea decisión de romper con el bloque europeo.

La otrora potencia económica de Europa se tambalea y se queda sin liderazgos, justo cuando con el bloque Occidental pasa por uno de sus episodios más oscuros del siglo. Por el bien de Reino Unido, más le vale a este nuevo líder conservador ordenar el desastre, legado de sus coetáneos de partido.

Hoy en día, el coste de la vida en el país de Adam Smith ha llegado a niveles insostenibles para muchos de sus habitantes y, ante la crisis energética provocada por el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que menos necesita es estar cambiando de primer ministro cada mes. Sobre todo, cuando el continente entero se enfrenta a uno de los inviernos más duros desde la Segunda Guerra Mundial.

La sensación que permea es incertidumbre. Odioso término que es cliché en el análisis político y económico de nuestro tiempo, pero que tristemente refleja el actual estado de cosas en un mundo al borde del naufragio.

Reino Unido se suma así a la ya muy larga lista de naciones con constante inestabilidad política y ausencia de liderazgos, en un momento en el que al mundo le urgen voces firmes y capaces de dirigir. Occidente vive un periodo de lamentable orfandad política.

POR JAVIER GARCÍA BEJOS
COLABORADOR
@JGARCIABEJOS

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