DESDE AFUERA

Unas elecciones divisivas

Cientos de candidatos a diversos puestos de elección son de hecho creyentes en esas tesis y un gran número de partidarios han buscado o logrado ya integrarse en los puestos

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En las elecciones estadounidenses del próximo 8 de noviembre están en juego el control del Congreso federal, las gubernaturas y posiciones electivas en 39 estados, pero de paso prometen ser un reflejo de la profunda división en la principal potencia mundial.

De hecho, estará a la sombra de los reclamos de fraude electoral y del brutal debate creado por el expresidente Donald Trump, que más y más aparece como protagonista de un frustrado intento de revocar por la fuerza su derrota del 3 de noviembre de 2020.

Pero bien puede decirse que junto a la turba que azuzó ese día para ir al edificio del Capitolio a presionar al Congreso cuando sesionaba para la tradicional calificación de resultados, Trump y sus partidarios lanzaron una nueva era de la política estadounidense: la de cuestionamiento de sus instituciones.

A menos de un mes de que se realicen las votaciones, hay una verdadera preocupación por la forma y el fondo de las campañas electorales, el desarrollo de la votación y la credibilidad de los resultados, sobre todo, porque uno de los bandos, el republicano, parece determinado a cuestionar sus posibles derrotas.

En un país donde literalmente cualquier teoría de la conspiración puede encontrar seguidores, las tesis de Trump hallaron oídos fértiles en un partisanismo que siempre ha existido, pero parece dirigirse a profundidades que no se alcanzaban en décadas.

Y si fueran insuficientes los duros debates ideológicos y prácticos que normalmente definen una elección, que en el caso actual serían los relacionados con la economía y el aborto, ahora hay que agregar teorías conspiratorias y consideraciones a lo largo y ancho del país.

Por lo pronto, y como muestra un botón, mientras busca la senaduría federal por Arizona que hoy ostenta el demócrata Mark Kelly, el republicano Blake Masters comenzó a cuestionar ya la limpieza de la votación por realizarse, y muy en concreto el uso de máquinas electrónicas de la empresa Dominion Voting Systems.

Masters ha sido además un constante portavoz del escepticismo y las teorías de conspiración en torno al resultado de las elecciones presidenciales de 2020.

El resultado, por un lado, es que cientos de candidatos a diversos puestos de elección son de hecho creyentes en esas tesis y un gran número de partidarios han buscado o logrado ya integrarse en los puestos o las posiciones a cargo de realizar o calificar las elecciones en municipios y estados.

Y dada la politización, esa participación no es necesariamente una garantía de limpieza en comicios donde hay innumerables trucos tradicionales, como el diseño decenal de distritos electorales y la ubicación de casillas, además del voto en urna, se dan votaciones en mecanismos perforadores (¿alguien recuerda las elecciones del año 2000 en Florida?), maquinaria electrónica y por correo.

El problema es tanto mayor, porque se espera que los comicios del próximo noviembre sean tan reñidos que sólo añadirán a la creciente división política.

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1

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