MALOS MODOS

Spinoza en el Parque México, de Krauze

Están, claro, el Enrique Krauze biógrafo, el historiador, el columnista político, el editor (Letras Libres, los libros de Clío)

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Están, claro, el Enrique Krauze biógrafo, el historiador, el columnista político, el editor (Letras Libres, los libros de Clío), el empresario cultural (y, en sus primeros momentos como profesional, el empresario no cultural), así como el intelectual que supo entender la importancia de la televisión, todos de una gran importancia para la vida pública mexicana.

Antes, sin embargo, está el Enrique Krauze lector, al que hemos leído en ensayos o crónicas cuando habla de Paz, de Cosío Villegas, de algunos de los grandes historiadores del siglo XX, de Carlos Fuentes o de García Márquez, al que tan bien entiende, pero que nos debía un recuento pausado, reflexivo, extenso, de eso: de su rica, compleja, siempre sorprendente vida como lector. El recuento ya está aquí. Se llama Spinoza en el Parque México. 

Eso, creo, es antes que nada el nuevo libro de Enrique: el libro de un lector. Hay mucho más en las casi 800 páginas de esta conversación con José María Lassalle, un notable académico, escritor y gestor cultural español. Está la memoria familiar, la de sus mayores: esas raíces en el socialismo traídas por los inmigrantes judíos que alguna vez supo recibir este país para bien de ellos, pero sobre todo del país mismo. Están los amigos, escritores o no: el propio Paz, Gabriel Zaid, Hugo Hiriart, entre los primeros. Está la familia, hoy.

Está la Ciudad de México, con la Colonia Condesa, barrio que en buena parte también le debemos a la inmigración judía, por delante. Está el México del priismo ultramontano al que tanto ha criticado. Está el Colegio de México, donde se formó. Pero sobre todo están los libros y los autores. Spinoza en el Parque México es una muy buena manera de acercarse a Cosío Villegas, Paz o Vasconcelos, sin duda, pero también a la gran literatura judía escrita en Europa antes del nazismo, a Shakespeare o, por supuesto, a Spinoza, el filósofo perseguido, el de la tolerancia y el humor como forma de la inteligencia. 

Extraordinario lector, Enrique, y tremendo conversador. Un lector liberal que en este libro platica con otro, y que nos recuerda eso: la decencia esencial, el temple democrático, la voluntad de justicia sin condescendencias y, vaya que sí, la eficacia del liberalismo, bajo fuego, como el propio Krauze, en días de monólogos autoritarios y antiintelectualismo impúdico, no solo en México pero desde luego también en México. Un liberal, es indispensable la aclaración, que, como dije, tiene raíces socialistas, que profesó el socialismo durante un buen tiempo y que por lo tanto conoce y entiende bien esa forma de la fe. 

Un libro notable, Spinoza en el Parque México. Un libro culto y leve, amoroso y juguetón, lleno de inteligencia, particularmente oportuno en días de militarización, insultos contra el detractor y oscurantismo fritanguero. 

POR JULIO PATÁN
COLABORADOR
@JULIOPATAN09

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