MALOS MODOS

Víctor Chi y la “nueva” política cultural

El miércoles, el presidente se le fue a la yugular, sin razones, al Tecnológico de Monterrey, por supuestamente maltratar a sus trabajadores

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El miércoles, el presidente se le fue a la yugular, sin razones, al Tecnológico de Monterrey, por supuestamente maltratar a sus trabajadores. Un día después, nos enteramos de que había muerto Víctor Chi, promotor de la tradición oral y de la lectura, sin, dijo, lograr cobrarle por su trabajo a la Secretaría de Cultura, que lo contrató para el programa Alas y Raíces y no atinó a hacerle una transferencia bancaria en nueve meses. Sí: la vida política y la administrativa tienen un terrible sentido de la ironía, o tal vez una rotunda falta de pudor.

La triste historia de Chi, que murió enfermo y muy joven, habla de la administración obradorista en general, esa que despidió a miles de trabajadores nada más empezado el sexenio, sin atención a ley o justicia, y que es la misma que recortó las prestaciones en las universidades y despidió sin contemplaciones a los profesores del CIDE. Pero habla, también, de su política cultural.

Las tardanzas con los pagos no son nuevas, como no lo es la pranganez de los mismos. Pero ya sabemos que lo que estaba mal, o no mejoró o se puso peor. Chi acordó dar 12 funciones por 18 mil pesos, una cantidad lejos de exorbitada. La secretaría jura que el retraso no fue de nueve meses, sino de dos. Digamos.

Nada más que al jurarlo volvió a poner en evidencia al presidente: a Chi le aplicaron la que le han aplicado a tantas personas que trabajan en estos terrenos, la del pago único, que, claro, solo llega luego de dos o tres milagros burocráticos. Por supuesto, no es solo el caso de Chi, ni es solo el problema de los pagos únicos.

Cultura, que prometió cambiar las condiciones laborales de quienes trabajan ahí, sigue pagando poco y tarde y, sorpresa, sigue con los contratos temporales, algo que, para ser justos, es entendible, pero que, según comprobamos con lo del Tec, no entiende el presidente.

Sobre todo, siguen los recortes. Porque este año, como el pasado, se anunció un aumento del 2%, pero en 2019 el tijeretazo fue de 1000 millones, de manera que el gobierno que iba a meterle un billetote a estos asuntos nomás no logra superar a una administración que no era precisamente una versión 2.0 del Renacimiento florentino, como la de Peña Nieto.

Ahora bien: tampoco es que no haya lana. Es cosa de saberte poner donde cae. Como en Chapultepec: el 25% del presupuesto de Cultura se va a ese proyecto. Caray. Que el dinero se iba a ir, por fin, a las poblaciones más aisladas y pobres, nos dijeron. Bueno, pues no: el dinero se va a un proyecto gigantesco en el corazón chilango, donde no es precisamente que falte infraestructura.

Lo qué pasa es que aquí, como en lo energético, o en la selva maya, o en Santa Lucía, de lo que se trata es de inmortalizar en piedra al presidente. Piedra blanca. Como los elefantes y como el estado de cuenta de Víctor.

POR JULIO PATÁN
COLUMNISTA
@JULIOPATAN09

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