COLUMNA INVITADA

Un PAN sin levadura

La estrategia del PAN rumbo al proceso electoral 2021 tuvo dos pilares fundamentales: millonarias campañas negras (denostación y calumnias) y centrar la crítica a los gobiernos de Morena en funciones por sus “nulos” resultados

OPINIÓN

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Daniel Serrano / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Ha pasado ya el primer mes de los gobiernos municipales de la alianza electoral de la derecha en el Estado de México conocida por sus siglas como PRIANRD y los casos más destacados están justamente en el partido eje de la derecha, pero dando los peores resultados. El partido que no teme mostrarse homofóbico, antiabortista y que prometió cambiar desde el día uno las condiciones de la población resultó no ser ni la sombra de sus campañas. 

¿Y esto por qué es un asunto de todes? Porque si bien no debe sorprender la campaña de polarización que puede resultar hasta natural en la disputa por el poder, poco a poco la realidad pondrá en su lugar al partido conservador del país. La estrategia del PAN rumbo al proceso electoral 2021 tuvo dos pilares fundamentales: millonarias campañas negras (denostación y calumnias) y centrar la crítica a los gobiernos de Morena en funciones por sus “nulos” resultados, asegurando contar con la experiencia necesaria para de forma inmediata llevar a la población de los distintos municipios a niveles de felicidad que se envidiarían en Finlandia. 

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A diferencia de los gobiernos morenistas, la alianza del PRIANRD no puede decir que desconocía el estado que guardaban las administraciones, no se puede quejar de carecer de cuadros de gobierno certificados, no pueden acusar a la oposición morenista de empantanar nombramientos o de fomentar ingobernabilidad, como si lo hicieron esos partidos siendo oposición. A los experimentados gobiernos panistas se les están acabando las excusas. 

Se podría decir que un mes es muy poco tiempo, sin embargo, la expresión de “cambio inmediato” no la puso en su boca nadie forzadamente, sino elles mismes de forma voluntaria. Si bien un mes es poco tiempo, no se debe olvidar que el proceso de entrega-recepción es de seis largos meses, suficientes para obtener, sistematizar y analizar la información de las administraciones para tomar decisiones que se debían traducir en acciones efectivas y no en una feria de ocurrencias. 

De forma pronta pasamos del “todo es posible” al “está muy difícil”. Los que decían que era inaceptable que López Obrador pidiera paciencia para dar resultados, ahora claman por ella en sus gobiernos municipales, gobiernos de los que además conocen las entrañas y de los que en gran medida son responsables de sus quebrantos. 

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En breve también pasaremos de las balandronadas de “los vamos a meter a la cárcel” al “no tenemos información suficiente” cuando nos alcancen los 60 días para las observaciones y entonces se pedirá una nueva tregua para el tercer y último asalto de los 100 días. Después de ello rogarán que empiece el proceso electoral 2023 para que los medios (inclusos sus aliados) dejen de dar cuenta de su ineficacia. No es desde luego un deseo, es en todo caso un pronóstico. Al tiempo.

POR DANIEL SERRANO
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