El 2021 está por terminar y con ello llegan momentos de reflexión, tanto en lo individual como en lo colectivo. Sin duda alguna 2021 fue un año de esperanza, pero al mismo tiempo de diversos claroscuros, debido a que a lo largo del año, a pesar de los avances en la vacunación y la reapertura de diversos espacios económicos, los estragos del COVID-19 continúan haciéndose presentes en la cotidianidad de México y el mundo.
Bajo este tenor de ideas, es preciso que en el año venidero, los esfuerzos de los sectores público y privado se concentren en garantizar a toda la población el acceso a la salud y a las vacunas contra el coronavirus, al mismo tiempo que se consolide la reactivación económica, educativa y laboral; lo anterior bajo los principios de universalidad, equidad, democracia, transparencia, inclusión y respeto al medio ambiente.
En materia de salud, el año termina con un importante avance en la estrategia de vacunación que ha permitido una reapertura casi total de las actividades económicas del país; sin embargo, la irrupción de la variante Ómicron puede derivar en un retroceso importante como se está viendo actualmente en países europeos, en donde ya se vive una cuarta ola de contagios.
Por otro lado, la economía mexicana continua recuperándose de la crisis ocasionada por el COVID-19; al tercer trimestre del presente año, con base en información del Inegi, el PIB registró un aumento de 6.4% con respecto a 2020 y el FMI estima que para 2022, crezca aproximadamente a 4%, sin embargo, la principal área de preocupación es la inflación, la cual según Banxico cerrará el año ubicada en un 7.1%, con niveles no vistos desde hace dos décadas y que se deben al alza en los precios en alimentos y energéticos.
En materia educativa, la situación sanitaria permitió que millones de alumnos regresaran a las aulas de manera presencial; sin embargo, el rezago en la materia continua a gran escala en nuestro país, por lo cual es necesario que se implementen esquemas de regularización de los alumnos y planes educativos integrales que atiendan la problemática en la brecha de desigualdad ferrada por la pandemia.
En este sentido, también la cuarta ola y las nuevas variantes que surjan del COVID-19 provocarán la urgencia de inmunizar a los más jóvenes a efecto de garantizar el bienestar en su desarrollo y entornos social. Otro tema ha sido el medio ambiente; a este respecto, el reporte de la ONU en materia de cambio climático cimbró a la comunidad internacional debido a sus implicaciones, sin embargo, no se ha logrado el consenso necesario para poder llevar a cabo acciones decisivas que incidan directamente en la limitación de gases de efecto invernadero.
En suma, el año venidero tendrá grandes retos para la humanidad y, en específico, para nuestro país. Sin duda alguna se requerirán mayores señales de certidumbre y la implementación de políticas públicas coordinadas y eficaces en todos los niveles de gobierno y la sociedad. Será preciso e indispensable que a través del diálogo, la democracia, la unidad y el consenso se construya un mejor país del que tenemos hoy. Sirva este espacio para desearles un prospero 2022.
POR EMILIO SUÁREZ LICONA
CONSULTOR Y PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD PANAMERICANA
@EMILIOSL
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