INICIATIVA OÍDOS VIOLETA

¿Dani Flow promueve la sexualización de las mujeres? Hablemos de la música y la violencia de género

Según cifras del INEGI, en México alrededor del 70.1% de las mujeres de 15 años y más han sufrido un acto de violencia a lo largo de sus vidas

NACIONAL

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Dani Flow es uno de los artistas más señalados por violencia de género.Créditos: Facebook/Dani Flow.

¿Te has puesto a pensar que tienen en común canciones como “Mátalas” de Alejandro Fernández con “Martillazo” del reguetonero Dani Flow? Y es que aunque parecen géneros totalmente distintos —y pese a que la primera de ellas podría pasar como un tema romántico— ambas siguen reproduciendo estereotipos de género que pueden terminar en violencia. Hablemos de las razones. 

En El Heraldo de México entrevistamos a Marilu Rasso, Maestra en Saberes sobre Subjetividad  y directora ejecutiva de Espacio Mujeres para una Vida Libre de Violencia A.C., quien además de explicar cuál es la relación entre la música y la violencia de género, ha puesto sobre la mesa algunas alternativas como “Oídos violeta”, una iniciativa que busca hacer una reflexión sobre las violencias machistas que hay detrás de las canciones que escuchamos. 

Vayamos con algunos ejemplos.

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“17 años”: ¿Una canción con apología a la pedofilia?

Hasta “Los Ángeles Azules” han sido señalados por perpetuar estereotipos de género. Créditos: Especial. 

Seguramente llegaste a escuchar parte de toda la polémica que hace algún tiempo se hizo sobre la canción “17 años” de la agrupación musical “Los Ángeles Azules”. Y es que más allá de que se convirtió en una de las cumbias preferidas para bailar en las fiestas, ha sido señalada por hacer apología a pedofilia.

De acuerdo con Marilu Rasso, lo que ocurre con piezas musicales como esta, es que normalizan vínculos entre adultos y menores de edad, pese a que en este tipo de relaciones está de por medio cierto abuso de poder que no deja de ser una forma de violencia

“Lo que estamos viendo ahí es un delito, porque un hombre mayor y una niña hay una relación de abuso y de poder, pero se ve como algo totalmente deseable”, expresó Rasso.

Porque aunque se pudiera pensar  que sólo se trata de una cumbia que habla de lo “inocente” que puede llegar a ser una adolescente de 17 años, no se puede pasar por alto que en México, hay un alto índice de violencia sexual hacia menores de edad. Con base en datos de la Red por los Derechos de la Infancia (Redim), tan sólo en el año 2022 se atendieron en los hospitales del país a 9 mil 929 personas de entre 1 y 17 años por violencia sexual. La gran mayoría mujeres. 

“Algunas canciones ponen situaciones que son delictivas, que son violencia, como si fuesen deseables y de alguna manera, las romantizan”, expresó Rasso.   

“Martillazo”: ¿La máxima sexualización de las mujeres?

Algunas canciones también reproducen estereotipos de cómo deberían ser los hombres. Créditos: Especial.

Otra de las situaciones que Rasso explicó es que existen algunas canciones que si bien no hacen referencia a algún delito, si promueven actitudes machistas que se reflejan en múltiples situaciones que pueden ir desde pintar a las mujeres como una figura sumisa, pasando por la reproducción de estereotipos de género y hasta la sexualización.

Sólo por poner un ejemplo, pensemos en la canción “Martillazo” interpretada por Dani Flow, Uzielito Mix y El Bogueto. Este tema, mientras dibuja a los hombres como un personaje con mucho dinero por medio de frases como “ya sabes que al chile me sobra varo”, a las mujeres las limita al ámbito sexual. 

“A los hombres se les pinta que como que para ser valiosos y deseables deben tener dinero, coches, ser agresivos y a las mujeres como dependientes y sumisas”, señaló Rasso. 

A lo anterior se le suma que la directora de Espacio Mujeres para una Vida Digna Libre de Violencia, advirtió que las canciones también contribuyen a normalizar a las mujeres como una “mercancía sexual” que debe ser deseada por un tercero. 

“Talento de televisión”: ¿Una canción que promueve la violencia estética? 

Algunas canciones también promueven la violencia etética. Créditos: Spotify. 

Otro de los tipos de violencia que están reflejadas en las canciones y que tal vez pasamos por alto con mayor frecuencia es la denominada “violencia estética”. De acuerdo con un artículo publicado en Global Revista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta misma hace referencia a todos aquellos patrones de belleza que forman parte de un modelo hegemónico del cuerpo que las personas “deberían tener”. De nueva cuenta, las mujeres son las más afectadas. 

Sólo por poner un ejemplo —porque en realidad hay muchas canciones— habría que pensar en Talento de Televisión de Willie Colón. Se trata de una salsa en la que te puedes perder al bailarla, pero que en su letra describe a una mujer que “no tiene talento” y que básicamente es aceptada por tener “un buen cuerpo”. 

“Algunas canciones muestran el tipo de cuerpos, el tipo de mujer que valen la pena tener y entonces una se mira y no concuerdas con el estereotipo que está ahí y se genera una inseguridad, siempre en aras de agradar a otro”, explicó la también documentalista. 

El hecho de que la violencia estética esté tan impregnada en todos los productos que consumimos tiene consecuencias reales. Prueba de ello es que Alicia Soto, una psicóloga del estado de Chihuahua, ha advertido que alrededor del 80% de las mujeres no está conforme con su cuerpo. 

Ante este contexto, ¿por qué es importante una iniciativa como Oídos Violeta?

Marilu Rasso expresó que es importante construir nuevas narrativas. Créditos: @sanrigo. 

De acuerdo con Marilú Rasso, “Oídos violeta” es una iniciativa que tiene como objetivo generar reflexión y un pensamiento crítico frente a la música que escuchamos todo el tiempo. Sobre todo, aquella que en sus letras perpetúa la violencia de género y hasta llega a hacer apología del delito. 

Con este proyecto se pretende analizar la letra de ciertas canciones y cuestionar los efectos y las consecuencias que podrían tener en la vida cotidiana, porque por “irrelevante” que llegue parecer para algunas personas, la música también puede contribuir a la normalización de las violencias que viven las mujeres. ¿La razón?

Según Rasso hay que partir de que la música es un reflejo de parte de las conductas y dinámicas machistas en la sociedad. No obstante, también es una forma de alimentarlas, debido a que algunas piezas siguen repitiendo patrones. 

“Se plantean ciertas cosas como ideales de aquello que tendríamos que ser y cómo nos relacionamos y de pronto no solo lo repetimos, sino lo introyectamos y lo actuamos. Es decir, vamos reproduciendo en nuestra vida cotidiana ciertas cosas”, dijo la especialista.  

En este sentido, aunque pudiera haber personas que estén en contra de cuestionar las canciones bajo el argumento de que existe la libertad de expresión, Marilu Rasso explicó que este derecho termina cuando ya se están vulnerando las garantías de terceros. Y en México, claro que se están violentando los derechos de las mujeres.

Para lo anterior basta con echar un vistazo a las noticias que a diario circulan en medios de comunicación o las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), quien en la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) señala que en el país alrededor del 70.1% de mujeres de 15 años o más a sido víctima de algún tipo de violencia en sus vidas. 

Pero entonces, ¿es el fin de la música?

No, en lo absoluto la música tiene por qué llegar a su fin. Para Rasso, todos  los géneros pueden seguir existiendo. Sin embargo, la diferencia sustancial está en que las letras ya no tengan con eje central algún tipo de agresión o bien, estereotipos de género que siguen sosteniendo un sistema machista. 

Los géneros musicales pueden seguir existiendo, pero las canciones machistas no. Créditos: Instagram/Marilu Rasso. 

Así que la idea de proyectos como Oídos violetas no sólo es cuestionar las canciones que ya existen, sino crear nuevas narrativas donde no quepa la violencia hacia las niñas y mujeres

“Yo los invitaría y las invitaría a tener esos oídos violeta que nos permitan escuchar la música y realmente darnos cuenta qué está aportando al mundo lo que estamos cantando y cuál podría ser nuestra alternativa”, finalizó Rasso.