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Papa Francisco celebra Misa Crismal de Jueves Santo: La compunción es el antídoto contra la esclerosis del corazón

El Papa Francisco celebró esta mañana la Misa Crismal, en el inicio del Jueves Santo

MUNDO

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“Gracias, queridos sacerdotes, gracias por sus corazones abiertos y dóciles" Créditos: Pablo Esparza

El Papa Francisco celebró esta mañana la Misa Crisma con la que renovaron sus promesas hechas el día de su ordenación el obispo y presbitero en la Basílica de San Pedro ante la presencia de cerca de mil 500 sacerdotes.

El Papa Francisco quien  leyó una extensa homilía dirigida a los sacerdotes, puso como ejemplo la negación del Apóstol Pedro al  expresar que no conocía a Jesús.

 “Y es verdad, no lo conocía, comenzó a conocerlo cuando, en la oscuridad de la negación, dio cabida a lágrimas de vergüenza, a las lágrimas de arrepentimiento. Y lo conocerá de verdad cuando, entristecido «de que por tercera vez le preguntara si lo quería», se dejó atravesar sin reservas por la mirada de Jesús. Entonces, del «no lo conozco» pasará a decir: «Señor, tú lo sabes todo» (Jn 21,17)”.

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Francisco habla sobre la curación del Apóstol San Pedro y la del Pastor se consiguen cuando, “heridos y arrepentidos, nos dejamos perdonar por Jesús; estas curaciones pasan a través de las lágrimas, del llanto amargo y del dolor que permite redescubrir el amor”.

La compunción es una punción en el corazón

El Sucesor de Pedro definió a la compunción no como “un sentimiento de culpa”. 

“Esta es la compunción, no es un sentimiento de culpa que nos tumba por tierra, no es el escrúpulo que paraliza, sino que es un aguijón benéfico que quema por dentro y cura, porque el corazón, cuando ve el propio mal y se reconoce pecador, se abre, acoge la acción del Espíritu Santo, agua viva que lo sacude haciendo correr las lágrimas sobre el rostro. Quien se quita la máscara y deja que Dios mire su corazón recibe el don de estas lágrimas, que son las aguas más santas después de las del Bautismo”.

Francisco dijo que las “lágrimas de compunción” son “arrepentirse seriamente de haber entristecido a Dios con el pecado; es reconocer estar siempre en deuda y no ser nunca acreedores; es admitir haber perdido el camino de la santidad”.

Al final de la homilía, el Papa Francisco agradeció a los sacerdotes  Créditos: Pablo Esparza 

La compunción es el antídoto contra la esclerosis del corazón

“La compunción, claro está, requiere esfuerzo pero restituye la paz; no provoca angustia, sino que aligera el alma de las cargas, porque actúa en la herida del pecado, disponiéndonos a recibir precisamente allí la caricia del Señor, que trasforma el corazón cuando está «contrito y humillado» (Sal 51,19), suavizado por las lágrimas. La compunción es por tanto el antídoto contra la esclerosis del corazón, contra esa dureza del corazón que tanto denunció Jesús”.

Durante la celebración, el Papa Francisco bendijo el Santo Crisma, junto con los Óleos Sagrados, el de los Catecúmenos  y el de los enfermos  que se utilizan a lo largo del año para impartir los Sacramentos.

Al final de la homilía, el Papa Francisco agradeció a los sacerdotes.

“Gracias, queridos sacerdotes, gracias por sus corazones abiertos y dóciles; gracias por sus fatigas y gracias por sus lágrimas, gracias por llevar la maravilla de la misericordia. Perdonen siempre, sean misericordiosos y lleven esta misericordia, lleven a Dios a los hermanos y a las hermanas de nuestro tiempo. Queridos sacerdotes, que el Señor los consuele, los confirme y los recompense”.

Por la tarde, el Papa Francisco acudirá a la cárcel  de mujeres de Rebibbia en la ciudad de Roma para realizar el lavatorio de pies a las reclusas.

dhfm