La cinematografía mexicana ha retratado momentos muy oscuros de la historia de México, muestra de ellos son estas películas que narran trágicos momentos que acabaron con la vida de decenas de personas, por lo que causaron indignación en todo México. Esta selección de películas mexicanas basadas en hechos reales es dura.
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La Civil
Esta historia se basada en la historia de Miriam Rodríguez Martínez, activista mexicana por derechos humanos que, tras la desaparición de su hija en 2012, comenzó una intensa búsqueda para encontrarla, pues fue secuestrada por un cartel de droga. Al no recibir ayuda de las autoridades ella decide hacer su propia búsqueda llevándola a una maraña de violencia.
El Castillo de la Pureza
Esta película narra como una familia vivía encerrada en una casa, pues Rafael Pérez quería que sus seis hijos estuvieran alejados de toda la maldad del mundo. Así que no les permitió salir para nada, en su cada recibían educación a cargo de su padre y cuando sus hijos mayores cumplieron 18 años las cosas se complicaron, pues ya no era tan sencillo tenerlos encerrados. El caso salió en la prensa de nota roja y es considerado uno de los más graves en violencia doméstica.
Canoa
A menos de un mes de los violentos acontecimientos de Tlatelolco en la Ciudad de México, un grupo de jóvenes trabajadores de la Universidad de Puebla llegan al poblado de San Miguel Canoa, en las cercanías de la capital poblana, para escalar la montaña de La Malinche. Sin embargo, la excursión se convierte en una pesadilla cuando los habitantes del pueblo, alentados por el cura, los confunden con “guerrilleros comunistas” y termina linchándolos.
Museo
Desde meses antes, quienes efectuaron el robo en el Museo Nacional de Antropología observaron las rutinas del personal y estudiaron lo que se llevarían. Se sabe que los ladrones saltaron la barda metálica del museo, ubicada sobre Paseo de la Reforma, y luego de cruzar el jardín penetraron por una escalera hacia el sótano, se introdujeron por los ductos de aire acondicionado hasta llegar a las salas de exhibición y, una vez dentro, tardaron alrededor de tres horas –entre 1:00 y 4:00 de la mañana- en robar 140 piezas de las salas Maya, Oaxaca y Mexica.