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La reserva del pedregal del Anahuacalli: Un tesoro natural

El Espacio Ecológico del recinto es una de sus joyas ocultas. Con más de 25 mil metros cuadrados, preserva un territorio natural volcánico que refleja la rica biodiversidad de la ciudad

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Foto: Archivo Diego Rivera y Frida Kahlo, Banco de México, Fiduciario en el Fideicomiso relativo a los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo

Hablar del Museo Anahuacalli es evocar su impresionante arquitectura de piedra volcánica y la visión de Diego Rivera sobre un terreno que, a principios del siglo XX, se conocía como “el malpaís”. Este paisaje, formado por la erupción del volcán Xitle, conquistó a Diego, quien vio en sus caminos de lava el lugar perfecto para construir el Anahuacalli y proteger el pedregal.

Luis Barragán en su libro Jardines del Pedregal menciona que el 3 de julio de 1949, se publicó un texto de Diego Rivera titulado “Requisitos para la organización de El Pedregal”. En este documento, Rivera destacaba las ventajas climáticas y geológicas del sitio; desde principios de los años 40, Barragán y Rivera visitaba el Pedregal, acompañados por Armando Salas Portugal y el Dr. Atl.

Estos terrenos, adquiridos junto con Frida Kahlo, estaban destinados originalmente a una granja. Sin embargo, Diego visualizó un legado para el pueblo de México integrando la biósfera con la arquitectura para crear un espacio en el que se desarrollara la estética, la inspiración y el arte a través del fomento cultural. El Pedregal, con su flora y fauna endémica, ofrece un escenario único para combinar urbanismo y ecología. Rivera destacó que este territorio, con su clima marítimo y protección natural contra inundaciones, era ideal para construir sin altos costos de cimentación utilizando la propia piedra volcánica. Además, subrayó la importancia de conservar una gran parte del terreno en su estado natural.

El Espacio Ecológico del Anahuacalli es una de sus joyas ocultas. Con más de 25 mil metros cuadrados preserva el territorio natural volcánico reflejando la rica biodiversidad documentada en el Códice Badiano, un texto que recoge la sabiduría ancestral de la medicina tradicional prehispánica. Muchas plantas descritas en este códice aún se conservan en la reserva del Anahuacalli, ofreciendo un vínculo directo con la historia y la naturaleza.

El proyecto riveriano posiciona al arte como un eje cultural que conecta territorio, tradición y herencia del pasado. La reserva del pedregal no sólo es un espacio de conservación ecológica, sino también un lugar de aprendizaje, un lugar para el cuidado de la fauna endémica y un espacio para la reflexión sobre nuestra relación con la naturaleza.

El 60 aniversario del Museo Anahuacalli es también una oportunidad para celebrar la visión de Diego Rivera por integrar arte y ecología, creando un legado que inspira y educa a futuras generaciones sobre la importancia de proteger y valorar nuestro entorno natural. Invitamos a los lectores a descubrir la riqueza del Pedregal en el Anahuacalli, un espacio donde el arte y la naturaleza se encuentran en perfecta armonía.

Por Rodolfo Cadena Labrada / Liz Bustos

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