ARTES

Cuando la literatura está entre las cuerdas

Luis Miguel Estrada O. entrega "El último argumento del Rey", novela en la que combina su pasión por el pugilismo y la literatura

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Cortesía

Box y literatura siempre han tenido un romance fructífero. Sobre esa relación, dice Joyce Carol Oates: “su atractivo más inmediato es el del espectáculo, en sí mismo mudo, carente de lenguaje, que requiere otro para definirlo, celebrarlo, completarlo”. Luis Miguel Estrada (Morelia, 1982) se suma a la pandilla de esos ‘otros’ que en las letras mexicanas han contado las hazañas del cuadrilátero y de sus protagonistas.

El escritor michoacano ha sumado la literatura a sus dos grandes pasiones —el periodismo y el box— para entregar “El último argumento del Rey” (Fondo de Cultura Económica, 2024), novela donde el pugilista Orlando ‘el Rey’ Cano cuenta su historia a través del trabajo de la periodista Carol Ortega: “Es la historia de un boxeador sonorense que llega a un punto bastante alto de su carrera y que es contada a través de las entrevistas que le hace Ortega con la intención de hacer un libro, lo que lo que ve el lector es la historia de Orlando, pero también la de cómo se escribe el libro sobre él”.

En cierta medida, confiesa el autor, el personaje de ‘el Rey’ está inspirado en otro sonorense, Orlando “Siri’ Salido. Pero él quería salirse un poco de la forma en que la narrativa mexicana del siglo XX contó al pugilista como el hombre que se despeña: “Ese personaje que sale del barrio, llega al gimnasio, se consigue peleas, le cae dinero, se mete en un barril de pulque, como pasa con ‘el Chango’ Casanova, y ¡zas!, se le acaba la carrera”.

Estrada dice que en la narrativa mexicana siempre ha perdurado esa historia ligada al box: “Lo vemos en la película “Campeón sin corona” de Alejandro Galindo; en crónicas como “Las glorias del Gran Púas” de Ricardo Garibay, de 1978, donde la fórmula pervive; en “El Rayo Macoy” de Rafael Ramírez Heredia, de 1984 y donde la fórmula pervive; en “Campeón ligero”, relato de “La casa pierde” de Juan Villoro de 1989, y también, en cierta forma, en “Pelearán 10 rounds” de Vicente Leñero”.

Y no es que Orlando Cano salga del todo del canon contado por la literatura, pero a través de él su autor se mete en los intríngulis del boxeo: los promotores abusivos, los entrenadores mediocres, las peleas pactadas y los boxeadores protegidos. Cano es el encargado de contarlo todo, su relato se vuelve confesional y avanza hasta su vida privada, a las razones que lo llevan a pisar el ring y también las que provocan su salida después de una carrera de consagración.

Pero al final, el boxeo y sus protagonistas no es otra cosa más que pretexto para contar más del ser humano: “En muchos sentidos el boxeo es todas esas cosas que nos apasionan, no nada más un hilito corriendo en ese gran tejido de las circunstancias vitales, si cualquiera le jala se da cuenta que se topa con un montón de cosas, de nuestro propio deseo de lucha, de nuestro propio deseo de ver una imagen pública, de pugnar entre la construcción de la imagen pública y la privada, entre la mercantilización de nuestros esfuerzos y darle la espalda a este mundo”.

Y mientras sigan existiendo dos seres dispuestos a enfrentarse en el cuadrilátero, la literatura seguirá viviendo su romance idílico con el box: “Cuando tienes a dos personas que se suben al ring inmediatamente ya tienes historias, el boxeo es muy atractivo en la forma simbólica que tiene del combate, cómo los pugilistas lo encarnan, y los seres humanos todo el tiempo estamos buscando y combatiendo”.

“Nosotros lo podemos ver en cierta forma metafórica, pero no, ellos están ahí y una cosa que es muy llamativa en el box son las personalidades, el boxeo tiene algo muy potente, como de puesta en escena, las personalidades se revelan en su ejecución, hay algo de sí mismo, las persona no puede esconder nada cuándo están en una situación tan extrema como la que se da en un combate profesional, el box tiene un montón de aristas para ser narrado”, agrega.  

 

  • -Luis Miguel Estrada es Doctor en lenguas romances por la Universidad de Cincinnati
  • -También es autor de "Crónicas a contragolpe" (La dulce ciencia, 2013) sobre el mismo tema del box
  • -Con "Colisiones" ganó en 2008 el Premio Nacional de Cuento Juan José Arreola

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