Como diseñador de la editorial pública FCE, Marcos Kurtycz (1934-1996) tenía la costumbre de reutilizar sobrantes de impresión para realizar sus propios libros de artista. El polaco tenía cinco años de haber llegado al país, procedente de Cuba, donde vivía con su esposa Mercedes Escamilla, y por esa época comenzó a dar salida a sus inquietudes creativas: las costumbres, las imágenes y también los recientes sucesos del 2 de octubre en México marcarían su decisión de dejar la ingeniería para emprender una práctica conceptual, cuya herramienta artística fue el cuerpo.
El caldo de cultivo que necesitaba estaba listo: “Él vivió la Segunda Guerra Mundial, su familia fue víctima de persecución y de muerte durante ese periodo, tuvo una infancia muy dura, vivió en Polonia, que era una sociedad muy rígida y controlada, buscar ahí la importancia de la expresión de Kurtycz tiene un peso y esos recursos permiten replantear ahora voltear a ver su trabajo”, dice la editora Sara Schulz.
Ella y al menos otra veintena de personas, entre traductores, escritores y diseñadores, son responsables de la aparición en México de “Marcos Kurtycz: corporalidad al límite” (Fauna, 2024), volumen que recupera el trabajo del artista en el 90 aniversario de su natalicio y casi tres décadas después de su partida. Con ensayos de Mara Polgovsky y Ana María García Kobeh, el libro repasa el trabajo del polaco y reflexiona acerca de los hilos que movieron su actividad artística.
La obra de Kurtycz, dice Schulz, “es muy pertinente porque pone en juego ciertos estatutos o márgenes del autoritarismo, del poder, de la explotación del hombre por el hombre, él sabe ver esa crueldad y transformarla, estos mecanismos que son sorprendentes y que te descolocan, al final de cuentas él sí creía en el arte como algo que transforma, no era un esteta y tampoco estaba interesado en el montaje, era precisamente lo opuesto”.
Editor de decenas de libros de artista, que en ocasiones regalaba en sus acciones, Kurtycz los concebía como una provocación para enfrentar al lector con la materialidad, pero también con la corporalidad. Profusamente ilustrados a partir del archivo del propio artista, el volumen de Fauna registra esos trabajos y al mismo tiempo lanza guiños a las ediciones del artista: a manera de póster se incluye el “Diagrama Kurtycz” que recorre la biografía del creador y sus “matrices” performáticas y editoriales, así como sus conceptos principales.
El mismo formato del libro es el mismo de uno de los ejemplares de Kurtycz que se conserva en su archivo, las guardas también aluden a uno de sus trabajos y la camisa de acetato transparente que le envuelve lleva impresos unos “ojitos” que coinciden con el rostro de un rostro en el interior. “Sin querer hacer una copia burda, quisimos realizar juegos, como él mismo tenía con sus ediciones.
“La propuesta del libro está enfocada principalmente en sus acciones y la producción de libros de arte. No es una monografía, no es un catálogo, se centra en sus libros que son únicos y tienen una belleza excepcional y de ahí se van enhebrando varios conceptos: la corporalidad en su trabajo; las acciones en las que intervino el espacio público y otros espacios de arte de una manera contestaría; el tema del rostro, la cara vinculada con el cuerpo pero con las utopías maquinistas de la cibernética”, acota Schulz.
- -El libro aparece en edición bilingüe e incluye una camisa de acetato transparente.
- -Marcos Kurtycz llegó a ser bautizado como un “ritualista” y un “terrorista cultural”.
- -Nacido en Polonia en 1934, el artista falleció en la Ciudad de México en 1996.