EN EL MUSEO FRANZ MAYER

Reflexionan sobre el arte popular y el medio ambiente

La exposición "No por natural es sostenible. Experiencias desde el arte popular" comparte otras formas de mirar la creación artesanal y enfatiza en los aspectos ambientales que se ocultan detrás de su belleza

EDICIÓN IMPRESA

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La exposición estará disponible en el Museo Franz Mayer durante seis meses.Créditos: Cortesía Museo Franz Mayer

Desde hace algunos años, los gobiernos mexicanos han utilizado a la artesanía y al arte popular como una estrategia de desarrollo sin reflexionar el daño que se provoca a la naturaleza para satisfacer el consumo de los mercados nacionales e internacionales. Esta es una de las premisas de "No por natural es sostenible. Experiencias desde el arte popular", exposición que permanecerá hasta febrero de 2024, en el Museo Franz Mayer.

Marta Turok, antropóloga y curadora de la exhibición, indicó que la muestra acerca al público a conocer más sobre el impacto de la explotación de las materias primas en la biodiversidad, así como a descubrir las alternativas que maestros artesanos y los especialistas han desarrollado de manera conjunta para tener una producción sostenible.

“Al visibilizar y ejemplificar estos escenarios, buscamos informar sobre la situación existente entre sostenibilidad y arte popular con el fin de convertir a las personas en consumidores informados e interesados en la cadena de valor del objeto artesanal, los esfuerzos por la conservación y la instrumentación de buenas prácticas sostenibles”, dijo Turok.

De acuerdo con los curadores de la exposición, los artesanos están siendo obligados a tener un perfil comercial. Foto: Cortesía Museo Franz Mayer

“El impacto que tiene la producción artesanal en el medio ambiente es mínimo comparado con los procesos realmente devastadores de la naturaleza como la deforestación, los desarrollos inmobiliarios desordenados y los megaproyectos comerciales", indicó Carlos Bravo Marentes, antropólogo mexicano que apoyó en la investigación de esta muestra. 

Bravo explicó que los artesanos están siendo arrastrados a lo comercial, abandonando los conocimientos tradicionales, siendo éste el mayor de los descuidos que genera un problema en el medio ambiente.

Se debe apostar al cuidado de las materias primas

Turok señaló que, para evitar que los conocimientos tradicionales se pierdan y se genere un daño permanente, es necesario vincularlos a lo técnico-científico

“Al perder el vínculo se generan vacíos que, al abrirse, detonan un impacto tremendo en la naturaleza”, explicó Turok. 

“Desde el surgimiento de la norma oficial mexicana se registran todas las especies y su estatus: de riesgo, extintas, de protección especial, domesticadas, etcétera, sin embargo, hay muchas materias primas que no aparecen en la norma, que se encuentran en peligro de extinción y que se han vigilado gracias a la preocupación y estudio de los artesanos, quienes a nivel local comienzan a notar que existe un problema”, contó Bravo Marentes.

Para ejemplificar esta situación, Giovana Jaspersen, directora del Museo Franz Mayer, explicó que uno de los casos que se mencionan en la muestra son los bancos de arcillas y engobes en Jalisco, minerales que al mezclarse con agua se transforman en barro y que son empleados en la alfarería. 

"El avance de la mancha urbana y el desarrollo son los que están generando que la región alfarera de Jalisco esté en riesgo al sepultarlos", señaló.

Turok alerta acerca de la sobre explotación de ciertas materias primas. Foto: Cortesía Museo Franz Mayer

Otros ejemplos, de acuerdo con Turok, son el Palo de Mora del sureste y la península de Yucatán, que da cuatro tonalidades de amarillo; el Palo de Brasil, que distribuye por toda la franja que va de Sonora hasta Chiapas y que da tonos naranja y marrón oscuro; y el Mangle Rojo de Yucatán, que da tonos rojos, este último, mayormente destruido por las construcciones inmobiliarias.

"Todos estos son cultivables, por lo que sería importante crear jardines para preservarlos, yo no estoy en contra de que se utilicen, pero creo que hay formas de preservarlos, al menos en el caso de los cultivables, porque los árboles silvestres si nos los estamos acabando.

"En los últimos años ha habido un mayor interés en tintes naturales, como en el caso de Original, pero no toda la materia prima de los tintes naturales es admisible, los árboles silvestres, ¡aguas!, son maravillosos porque tienen un fijador natural, entonces tienes color y fijador, pero ¿nos vamos a echar un bosque? Hay que ir viendo cada uno de estos materiales en qué situación está", dijo Turok.

Para enviar este mensaje de reflexión, los curadores y especialistas de la exposición basaron la muestra en piezas de la colección de Ruth Lechuga (1920-2004) que resguarda el Museo Franz Mayer, cuya obra es de primera importancia para el arte popular de México.

A profundidad

La reflexión de la muestra viene desde los años 80, con la primera experiencia de Marta Turok en el conocimiento y protección del caracol púrpura, un molusco marino del Pacífico mexicano que fue explotado de forma irracional en un intento por obtener un tinte para teñir.

La identidad gráfica de esta muestra corre a cargo de la organización internacional What Design Can Do.

Se utilizó engrudo y se reciclaron algunos materiales para la muestra.

267 piezas conforman la exposición.

22 ramas artesanales se identifican en la Colección Ruth Lechuga.

6 meses permanecerá la exposición en el museo.