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MENTE MUJER

Los tesoros del Museo Nacional de Antropología en las manos de Claudia Blas Rojas

La restauradora Claudia Blas Rojas está al frente del Laboratorio de Conservación del Museo Nacional de Antropología, lugar que se encarga de conservar uno de los más grandes acervos culturales del país

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Luis Carlos Sánchez

Claudia Blas Rojas descubrió que tenía alma de restauradora mientras se dedicaba a copiar cuadros. Cuando su papá le advirtió que la economía familiar ya no daba para seguir pagando sus estudios, decidió emplearse como ayudante de un pintor, al que le ayudaba con algunas reproducciones que luego se vendían con fines decorativos.

Ese trabajo sirvió a Claudia para terminar la carrera de Administración, pero también le acercó a lo que después sería su gran pasión. Un día un amigo le preguntó porqué no pintaba sus propios cuadros: “Él se sorprendió cuando le dije: ‘es que a mí lo que me gusta es copiar, porque me gusta analizar, copiar implicaba que yo me pusiera a analizar los cuadros y saber cómo se pintó. Me dijo, ‘entonces tú tienes alma de restauradora’. Y yo no sabía ni que existía la restauración”.

Más de dos décadas después, todos los tesoros del Museo Nacional de Antropología (MNA) pasan por las manos de Blas Rojas. Ella, junto con un grupo de restauradoras, casi todas mujeres, encabeza el Laboratorio de Conservación del museo más visitado del país: su tarea es conservar y restaurar los acervos arqueológicos, etnográficos, artísticos, arquitectónicos y archivísticos que ahí se resguardan.

“Lo que buscamos es que las piezas (incluido el mismo museo como edificio) permitan que la gente disfrute de ellas según lo que cada una tenga que decirle a la sociedad, los que ahora las están observando y los que las observarán en el futuro. Esa es una de nuestras misiones: transmitir el valor de estos objetos para el futuro”, dice.



HEREDERA PURÉPECHA
Antes de convertirse en restauradora, Claudia Blas trabajó en lo que fue el Instituto Nacional Indigenista. Su labor era acercar fondos para proyectos de mujeres y grupos indígenas en alcaldías como Xochimilco, Tláhuac y Magdalena Contreras. El trabajo no pudo ser mejor: la restauradora se considera heredera de una cultura ancestral.

 “Mis papás son hablantes de lengua purépecha, ellos vinieron de Michoacán, de San Francisco Cherán, para que nosotros pudiéramos estudiar acá, en la Ciudad de México. Yo soy la primera de mis hermanos que nace aquí, en la ciudad, mi hermanita y yo nacimos ya en un hospital”, recuerda. Si sus orígenes ya la hermanaban con la riqueza cultural indígena del país, el destino acabó por unirla definitivamente con el inmenso pasado prehispánico mexicano.  

La llegada de Blas Rojas a la restauración tuvo que ver nuevamente con una afortunada circunstancia: cuando dejó el INI retomó la idea que le había dado su amigo y decidió hacer el examen para ingresar a la carrera de Restauración. “No pasé el examen y pensé: ‘por algo suceden las cosas’, pero un mes después me llamaron de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente, ellos me dijeron que eran una escuela joven, que era su cuarta generación y no todos los aspirantes habían cubierto los perfiles”.

En la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía de la Ciudad de México “había pasado todos los exámenes, pero ya no había cupo porque las generaciones son muy chiquitas, creo que sólo se aceptaban 15 personas por año y mi nombre estaba en los siguientes cinco. En Guadalajara me dijeron que me validaban los exámenes que había hecho si quería estudiar allá”.

Antes de llegar al MNA, Claudia Blas trabajo en el Centro INAH-Jalisco; en la restauración de los objetos cerámicos que formaron parte de la exposición “The Aztec World”, exhibida en Chicago; en la Casa Clavigero; en el Proyecto Arqueológico Iztépete en Jalisco y como profesora de la escuela donde estudio. Desde 2015 está a cargo del Laboratorio de Conservación del MNA.



MUNDO FEMENINO
La restauración, dice Blas Rojas, “al menos en México, es una profesión eminentemente femenina. Sí hay restauradores, pero predominan las restauradoras, aquí mismo en el laboratorio tenemos sólo un restaurador de carrera, todas las demás somos mujeres. El mundo de la restauración, desde que yo entré a la escuela, lo he conocido así, siempre han predominado las restauradoras”.

Desde la formación, agrega, “aprendemos también a cargar y armar andamios, somos educadas un poco como a la ruda y también en lo fino, porque tenemos que hacer todo eso que puede llegar a ser pesado, pero también tenemos que trabajar como minuciosamente en cada uno de los detalles de los objetos a los que nos dedicamos. Este es un mundo muy femenino, muy, muy femenino”.

Pero al orgullo de encabezar un equipo de mujeres profesionales, la restauradora suma uno más importante: “Desde el primer objeto que yo restauré, el hecho de observar y tener en mis manos un objeto que fue fabricado hace tanto tiempo, son situaciones que nos llegan a conmover mucho y que eso además pertenezca a una colección tan importante como la del Museo Nacional de Antropología es todavía más evocador e inspirador”.

“Es todo un privilegio. Todos los que estamos aquí, y yo me atrevo a decir que todos los que estamos en el museo, nos identificamos mucho con cada uno de estos objetos y los tratamos no solamente con el respeto que merecen, sino con mucho cariño, porque sabemos que es parte de nuestra herencia cultural. Todos estamos orgullosos de trabajar en este museo y de recibir a toda la gente que viene, ya sean del país o extranjeros; siempre estamos muy dispuestos a mostrar lo que resguardamos con mucho orgullo. Es realmente todo un privilegio”, remata.

ELEMENTOS

-Claudia Blas Rojas es Licenciada en Restauración de Bienes Muebles

-Su formación se dio en la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente

-Su tesis, sobre cerámica policroma, recibió Mención Honorífica en el premio Paul Coremans

-A partir de 2015 es responsable del Laboratorio de Conservación del MNA

-Ahí se encarga de la conservación y restauración de los cinco acervos que se resguardan

-También es la restauradora del proyecto de Exposiciones Temporales del museo

-Se ha desempeñado como profesora en el Seminario Taller Restauración de Cerámica

-Trabajó en el Proyecto Arqueológico Iztépete, en Jalisco

-Ha impartido diferentes conferencias sobre formación de restauradores y conservación de materiales

Por Luis carlos Sánchez
luiscarlos.sanchez@elheraldodemexico.com
 

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