MENTE MUJER

Alina Brodowicz preserva la memoria del arte desde el Centro de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble

La restauradora polaco-mexicana Alina Brodowicz habla sobre su labor dentro de la conservación y la preservación del arte nacional, así como el papel de las mujeres en la restauración

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Antonio Nava

Alina Brodowicz nació en Polonia, país de Europa Oriental donde estudió la carrera de Restauración de Obras de Arte en la Facultad de Restauración de la Academia de Bellas Artes de Varsovia, posteriormente llegó como becaria a México y formó parte del Programa de Intercambio Cultural de ambos gobiernos, una situación, que le permitió continuar sus estudios en la Escuela Nacional de Restauración, Conservación y Museografía (ENCRyM), donde comenzó a formar parte de trabajos importantes como el Proyecto Tajín, en Veracruz.

En 1995, la restauradora ingresó a trabajar en el Centro de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (CENCROPAM), del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) donde actualmente desempeña actividades relacionadas con la elaboración de dictámenes sobre el estado de conservación de las obras de recintos de la red de museos.

“Hace más de 40 años que estoy en México y lo que he visto aquí no se compara con ninguna parte del mundo, por una lado hay mucha cultura y recintos museísticos de gran belleza que albergan la memoria artística del país, pero por otro, un lugar repleto de zonas arqueológicas que enmarcan la historia nacional, eso sin duda te atrapa”, explicó Alina Brodowicz.

Asimismo, la amante del arte y admiradora de la obra de grandes pintores como Rufino Tamayo (1899-1991); Remedios Varo (1908-1963); Francisco Toledo (1940-2019); y José Clemente Orozco (1883-1949); por mencionar algunos, indicó que la importancia de la preservación está en la prevención, acción que lleva a cabo a través del Área de Servicios a los Museos del CENCROPAM.

“Decidí enfocar mi carrera en el tema de la dictaminación porque es una acción preventiva que forma parte de la labor de preservación que protege el acervo artístico de todas las circunstancias del tiempo, y además, porque puedo fungir como comisaria de las obras en sus traslados, montajes o desmontaje”, contó.

En esta labor de comisaria, profundizó, ella se encarga de que se cumplan los protocolos de protección para que no suceda ningún accidente ante la manipulación y traslado de una pieza de arte, además de asegurarse de que el espacio al que llega cuente con las condiciones óptimas para que esta sea exhibida.

En torno al papel de las mujeres en la restauración, explicó que para ella no influye el género, pues tanto para el CENCROPAM, como para otras instituciones lo importante es contar con los mejores especialistas.

“No creo que si eres mujer seas mejor restauradora o que no haya oportunidades para nosotras, lo que considero es que el papel de un restaurador o dictaminador suele no notarse cuando un espectador se encuentra frente a una obra, sin embargo, nuestra labor es gratificante -para nosotros- en muchos sentidos, no importa que no se haga una mención, la satisfacción llega cuando te das cuenta que pudiste hacer algo por una pieza invaluable”, dijo.

Y puntualizó que aunque “no lleva la cuenta de cuántas restauradoras mujeres hay en relación a los hombres, si considera que se necesita de una paciencia sublime, primero, para dictaminar, y posteriormente, para restaurar, aunque eso ya es hablar de dos temas diferentes”.

Respecto a cómo lleva a cabo un proceso de dictaminación, Alina Brodowicz indicó que ella siempre trae consigo las hojas de la pieza a dictaminar (donde realiza las anotaciones pertinentes respecto al estado de la pieza que revisa), una cinta para medir, una lupa, una lámpara y otras herramientas que facilitan su observación.

“Hay veces que los daños son muy notorios, hay otros en los que no, pero si sospechamos, por ejemplo, de daño por biodeterioro, la pieza o una muestra de ella, se envía al laboratorio; en el caso de los espacios como las bodegas donde a veces es almacenado el arte, se revisa que este cuente con las condiciones adecuadas para resguardarla”, contó.

Y añadió “que aunque hay ocasiones, en que poco se habla del trabajo de los dictaminadores, restauradores y del equipo que se encarga de preservar la memoria del arte, detrás de cada escultura y de cada cuadro, y probablemente de un trazo, haya un equipo que lo protege”.

En cuanto a uno de los mayores retos que ha enfrentado como dictaminadora o restauradora a lo largo de su carrera, explicó que quizá “la obra de Remedios Varo, ya que el material es muy delicado”.

“Creo que esa no era tu pregunta -ríe-, a lo que me refiero es que el reto de cualquier restaurador está quizá en la diversidad de materiales y técnicas empleadas en el arte, pues aunque existen diversas especializaciones, los materiales y técnicas son muy amplios; en cuanto a dictaminar, te diré que a veces es que tus ojos funcionen bien y tengas una paciencia sublime para observar”, contó.

Sobre si su profesión la continúa emocionando y llenando de satisfacciones, manifestó un rotundo sí.

“Llevo más de 40 años en esto, nunca he dejado de sentir emoción, nervios o preocupación, pero sobre todo nunca he dejado de sentirme agradecida por las oportunidades y por las múltiples satisfacciones que siento cuando veo una obra en excelente estado en un museo, creo que eso es inagotable”, expresó.

Y añadió “que aún recuerda cuando se bajó del avión en México y quedó sorprendida por el paisaje y la cultura, motivos que la orillaron a quedarse por voluntad propia”

Respecto a la labor del CENCROPAM, institución para la que labora actualmente, explicó que esta es una dependencia del INBAL que vela por la preservación del patrimonio artístico nacional a través del fortalecimiento y actualización de los sistemas y mecanismos de catalogación, registro, conservación y restauración, así como sus aspectos normativos, técnicos y de gestión.

ELEMENTOS

-Alina Brodowicz ha participado en varios proyectos de restauración dentro de los talleres de pintura mural, obras sobre papel y caballete; en este último estuvo unos años cargo de la coordinación de los trabajos como jefa del taller.

-En las últimas dos décadas Alina Brodowicz ha fungido como dictaminadora y comisaria de arte para la Red de Museos del INBAL.

-Participó en proyectos de mural en excavaciones en Tlatelolco y en el Proyecto Tajín, Veracruz.

-Colaboró también en el Taller de Restauración de Manuel Serrano.

-Admira la obra de otros artistas como Remedios Vario y David Alfaro Siqueiros.

-De otros países admira la obra del pintor Francisco de Goya.

-Considera que la participación de mujeres en la restauración debe estar en 60 por ciento, en relación con los hombres, pero no es un dato que le parezca relevante.

-40 años lleva viviendo en México.

-28 años lleva en CENCROPAM.

*Ixchel García es la primera mexicana en ser becada por el Museo del Prado para formar parte del programa dirigido a la formación e investigación en restauración de pintura.

EEZ