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El Archivo Nacional de Arqueología se resguarda ya en el Museo Nacional de Antropología

El importante acervo podrá ser consultado por especialistas y público interesado; además, conserva importantes documentos sobre el devenir de esta disciplina en el país

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Cortesía INAH

Después de un largo peregrinar, el Archivo Nacional de Arqueología (antes Archivo Técnico de la Coordinación Nacional de Arqueología) ya tiene una sede fija. El acervo documental que concentra la historia de la exploración arqueológica y los estudios antropológicos en México, ha sido depositado en el Museo Nacional de Antropología (MNA), el recinto público más visitado del país y donde también se conserva una biblioteca nacional especializada y la colección más grande e importante de códices.

La misma Secretaría de Cultura, en la administración de Enrique Peña Nieto, fue la encargada de echar el archivo del edificio del Marqués del Apartado, donde tuvo su última morada. “Se nos dijo se va crear ahí un proyecto de la recientemente creada Secretaría de Cultura y que había que sacarlo. Seguramente el nombre confundió a algunos funcionarios que pensaban que esos papeles, se podrían ir a otro lado, a cualquier parte”, recordó Diego Prieto, director del INAH.

El acervo había tenido diferentes sedes y después del Apartado se decidió llevarlo a un inmueble en Avenida Revolución, que no cumplía con las condiciones para su resguardo. La administración debió cambiar para cambiarlo al MNA, donde al mismo tiempo, se decidió cambiarle el nombre por archivo nacional y darle su justa dimensión; de hecho, adelantó Prieto, ya se busca su inscripción en el programa Memoria del Mundo de la Unesco.

El acervo documental está integrado por dos secciones: el Fondo Histórico que es resultado del acopio de documentos que van desde 1914 hasta 1959, entre ellos algunos fundamentales como los de las exploraciones de Alfonso Caso en Oaxaca, las de Alberto Ruz en Palenque o los de Martín Bazán en la Tumba 7 de Monte Albán. En total se trata de 241 tomos de informes técnicos, notas de campo y reportes.

Entre los archivos también hay monografías, pinturas al óleo, planos, inventarios, notas de campo y reportes de precursores de la arqueología mexicana como Jorge Acosta, Román Piña Chan, John Paddock, María Antonieta Espejo, Eulalia Guzmán, Manuel Gamio, Franz Boas, entre otros. En tanto, el Fondo de Concentración contiene los informes de las investigaciones recientes “o ya no tan recientes” aprobadas y analizadas por el Consejo de Arqueología, y abarca más de 600 metros lineales de información.

“Es el acervo documental y fotográfico más importante para entender el desarrollo académico y técnico de la arqueología en México desde fines del siglo XIX; si bien el interés arqueológico por el pasado me nuestro país puede remontarse bastante atrás, esta disciplina comenzó a profesionalizarse a fines del porfiriato, sin embargo, fue durante el periodo revolucionario en que este acervo comenzó a formarse, a constituirse más claramente”, estimo Martha López Mestas, coordinadora Nacional de Arqueología del INAH.

PAL