De portería a portería, Moisés Muñoz corrió para cabecear un tiro de esquina que empató el global 2-2 ante el Cruz Azul. A la postre, esto culminó con el triunfo 4-2 del América, en penaltis, en una de las finales más memorables del futbol mexicano, escrita hace 10 años.
Ese título 11 para las Águilas, en el Clausura 2013, les permitió igualar a Chivas como los más ganadores de la Liga. También, fue la primera corona de Miguel Herrera, como DT del club.
El Piojo visitó ese día a la Virgen de Guadalupe del Estadio Azteca, antes de la vuelta, a la que llegó con desventaja 1-0. Le agradeció llegar a este juego, sin saber el dramatismo que estaba a 90 minutos.
“Nadie se imaginó lo que iba a ser esa final. Es una de esas películas que difícilmente se hacen, y cuando pasan, suelen sorprender a todo el mundo”, recordó.
Los azulcremas vieron la expulsión de su medio Jesús Molina (13’), y el gol de Teófilo Gutiérrez (20’), que vislumbró el fin de una sequía celeste, de 15 años sin trofeo liguero.
Después llegó la insurrección americanista, en cuatro minutos. En una intensa lluvia, se obligó a los tiempos extra, con cabezazos de Aquivaldo Mosqueda (88’) y El Portero del Milagro (90+2’).
Antes, las Águilas se salvaron de un doble poste, como un augurio de su porvenir, porque ya en los penaltis, Moi Muñoz detuvo un disparo, y Alejandro Castro resbaló para errar su tiro de La Máquina.
“Fue la fortuna del campeón”, aseguró Herrera para El Heraldo de México.
“Toda la dosis de suerte de ese día apareció para nosotros, pero ésta no es de quien la está esperando, es de quien la busca y la genera. Durante ese partido, hubo mucha para nosotros”, indicó.
La lluvia del Estadio Azteca se mezcló con las lágrimas de americanistas y cementeros. Los primeros lloraron de felicidad; los segundos, de tristeza y frustración.
Para colmo, el encargado de darle el título al América, fue un jugador fuertemente criticado por la afición. A Miguel Layún lo ofendían por todo, aún sin ser su delito.
“Yo caí en una depresión, emocionalmente estaba golpeado. No salía de casa y traté de aislarme al máximo, pero luego salió la parte de la determinación, algo que siempre tuve”, dijo.
Él, en el cuarto penalti azulcrema, también resbaló, pero anotó el gol del triunfo. “La fotografía completa decía que éramos un grupo determinado y con una ilusión tan ferviente de ser campeones, que las adversidades quedaron atrás”, explicó.
Ya pasó una década desde aquella coronación, en donde se escribieron las historias de Miguel Herrera, Moi Muñoz y Layún, entre otras tantas de los protagonistas de la impensable final del Clausura 2013.
*Con información de Oscar Zamora.
LSN