ARTES

Francisco Álvarez pinta la libertad

Radicado en Morelos, el pintor y escultor toma inspiración de los grandes personajes de la humanidad, la fiesta brava y los problemas sociales

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Federico Gama

Los primeros recuerdos de Francisco Álvarez (1962) siempre están asociados al arte: “Yo nací enamorado del arte, toda mi vida veía pintar a mi papá, mi universo creció viéndolo pintar”. Para alguien que alimentó así su mirada, casi fue natural que la creación tocará a la puerta: “Toda mi vida dibujé, pinté, veía algunas obras, hice algunas exposiciones, pero como aficionado, fue a partir de 2006 cuando dejé todo lo demás y seguí el llamado de la vocación”, rememora.

Formado en el Diseño Gráfico, Álvarez radica en Jiutepec, Morelos, donde da rienda suelta a su vena creativa alimentada por los recuerdos de la infancia, las lecturas de una vida, el espíritu de los grandes hombres, el amor por la tauromaquia y las preocupaciones frente a los grandes problemas sociales que enfrenta el mundo: “Con mi trabajo busco que la gente sienta un poco de lo que traigo dentro”, cuenta.

Hijo del artista y periodista colombiano Cristóbal Álvarez –-quien dejó su trabajo en plazas como la de San Luis Potosí, Ciudad Juárez y Zacatecas--, Francisco prácticamente no tuvo necesidad de asistir a un salón de clases: “Mi padre era maestro de San Carlos y él fue mi maestro toda la vida, de día y de noche”. Él también ha elegido la pintura y la escultura: hay en sus lienzos una ensoñación por los valores humanos que transmiten personajes como El Quijote, Gandhi, Luther King, Mandela o Zapata, mientras que en el modelado la fascinación está puesta en la anatomía de los animales en tercera dimensión.

(Créditos: Federico Gama)

Álvarez recuerda que, tras el Movimiento estudiantil de 1968, en una exposición en el Auditorio Nacional, su padre le dio una paloma blanca a Díaz Ordaz: “Él le preguntó ‘¿qué hago con ella?’, y él contestó: ‘déjela libre, igual que al pueblo de México’”. El hijo acabó absorbiendo el espíritu idealista: “Lo que más me llama la atención son los temas sociales, esos personajes que han dado un mensaje a la humanidad”; hay, además, interés por la libertad, muchas veces expresado a través del Caballero de la triste figura.  

El material tampoco ha sido una limitante: “Empecé con materiales de todo tipo y con la experiencia de mi papá tengo la suerte de dominar casi cualquier técnica: he hecho murales, esculturas, puedo manejar acuarela, acrílico, óleo, es una bendición que se me ha dado”. Poco dado a exponer, Álvarez ha llevado su obra a Madrid y Sevilla y también a Estados Unidos, pero se confiesa un artista que utiliza las redes sociales para comunicarse con su público. Ahora trabaja en piezas de arte objeto y una serie sobre Agustín Lara y sus composiciones que están pensadas para formar un libro.

  • -Álvarez decoró la plaza de toros Monumental de Morelos con murales en relieve
  • -En Madrid presentó el libro "Silverio Pérez", del Bardo de la Taurina
  • -Trabaja en una serie sobre los temas de Agustín Lara que serán un libro 

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