Desde su estreno en 1993, Papá por siempre se quedó como un clásico para enternecerse con las muchas peripecias que un padre atraviesa por el deseo de seguir cerca de sus hijos, a pesar de su divorcio.
La cinta, protagonizada espectacularmente por Robin Williams, bajo la dirección de Chris Columbus, está basada a su vez en un best seller homónimo, realizado por la escritora inglesa Anne Fine en 1987.
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Mejor conocida por la saga de libros infantiles El gato asesino, Fine decidió inspirarse en un personaje de su niñez para tomar el nombre de la famosa nana que, con consejos pegajosos, trata de educar a los hijos de Miranda, una mujer que acaba de divorciarse.
A diferencia del tierno personaje de Williams, la original señora Doubtfire era dada a las malas palabras, mismas que aprendió durante su trabajo como pescadora, y era de un recio carácter escocés. Aquí su historia.
Una mujer con una vida de novela
De acuerdo con la escritora, de pequeña solía pasar por una tienda de artículos de segunda mano que se distinguía por dos cosas: por la cantidad de chácharas que tenía y el olor a pipí de las decenas de gatos de su dueña.
La dueña no era otra que Annabella Doubtfire, una anciana nada tierna que había emigrado de su natal Escocia para establecerse en el barrio inglés donde la entonces niña Anne Fine vivía y jugaba.
Sin saberlo, estaba ante una persona con una historia digna de una novela. De acuerdo con la Oficina del Registro Civil de Escocia, Annabella Cruickshank Adams nació en 1886 en la ciudad de Aberdeen.
Hija de segundas nupcias de su padre, John Adams, cuya primera esposa murió de pulmonía, Annabella tenía dos medios hermanos, uno por cada uno de sus papás, además de otros tres hermanos.
Su vida fue dura. Con solo 15 años de edad, Annabella tuvo que emplearse como pescadora y asistente en una piscifactoría, pero su suerte estaba a punto de cambiar cuando conoció al soldado Arthur Doubtfire.
Matrimonio y mortaja
En 1906, con 20 años de edad, Annabella contrae nupcias con el militar, que rápidamente asciende de grados en el Ejército de Su Majestad, lo que ayuda a que la familia tenga una mejor calidad de vida.
Nuevamente las cosas se complican cuando Arthur Doubtfire muere en el frente de batalla de Tesalónica, Grecia, dejando viuda y prácticamente sin dinero a Annabella, quien además tiene que cuidar a su mamá y a su sobrino.
Su segundo matrimonio, con el mecánico James Davie Cutts no terminó bien. Pocos años más tarde, Cutts pidió la disolución de su matrimonio por acusaciones de adulterio cometido por la entonces viuda de Doubtfire, pero quiso el destino que el denunciante muriera en Estados Unidos, mientras se realizaba el divorcio, por lo que sus bienes fueron heredados por Annabella.
Dicen que no hay mal que por bien no venga, así que Doubtfire compró un par de locales e instaló su tienda de segunda mano. Durante el cerco nazi a Inglaterra numerosos nobles y personajes pudientes vendieron sus abrigos y ropas a Doubtfire, quien se hizo de verdaderas gangas que vendió en la posguerra.
Cansada de tanta vida, cerró definitivamente su tienda en 1974, la vendió en 1975 y finalmente murió en 1979, víctima de una falla renal. Tenía 92 años.