30 DE ABRIL

Niñofobia: ¿discriminación o defensa de los espacios?

En entrevista con El Heraldo de México, un especialista nos da claves para entender esta tendencia

CULTURA

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Niñofobia.Créditos: Freepik

Cada vez es más común que al ser invitado a una boda o a unos XV años se especifique que los niños no pueden ir, lo que desata toda clase de comentarios, tanto a favor como en contra. Ante ello y en el marco del 30 de abril, En entrevista con El Heraldo de México, un especialista nos da claves para entender esta tendencia a la que muchos han llamado "niñofobia".

Para empezar, Óscar Galicia, doctor en Neurociencias de la Conducta y doctor en Investigación Biomédica en el Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM, quien nos explica que los niños aún no tienen desarrollado la zona en la precorteza cerebral en donde se hacen procesos inhibitorios que regulan el lenguaje y el comportamiento, lo que sucede hasta que llegamos a ser adultos, aunque esto no quiere decir que incluso en esa edad tengamos un control perfecto de dicho proceso.

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Es por ello que los niños tienen "una conducta disruptiva que es parte de su naturaleza, no podemos esperar que los niños hagan otra cosa", por ejemplo, en una ceremonia religiosa o en una fiesta, en las que los adultos esperan quietud de las infancias. "Muchas personas que estos espacios se mantengan imperturbables, por lo que impiden la entrada de niños a ciertos espacios de hospedaje", comenta el especialista, quien también es investigador de la Universidad Iberomericana. 

Para el doctor en Neurociencias de la Conducta, la llamada "niñofobia" no es una cuestión reciente, pues "durante mucho tiempo se han visto estas normas restrictivas pero con las redes sociales es más fácil enterarse y crear polémica, porque hay quienes apoyan esto y habrá los que digan qué mala onda que yo tengo niños y es discriminación".

Sin embargo,  "eso no lo podemos evitar, es parte de las opiniones y no vamos a llegar a un punto medio", lamenta el entrevistado, quien destaca que los niños son disruptivos y ruidosos, por lo que recomienda que como adultos tenemos que pensar que hay lugares y espacios que podemos compartir todos, la tolerancia y comprensión de unas posturas u otras, porque también habría que pensar las situaciones en donde se busca cierta concentración y paz para ciertos momentos de la vida humana, "pero no vamos a llegar a un acuerdo, si no fomentamos la tolerancia".