Han tenido que pasar 142 años para que el viaje iniciático del caballero medieval relatado por Richard Wagner en "Parsifal" llegara a los escenarios mexicanos. El lugar: el Teatro del Bicentenario Roberto Plasencia Saldaña del Forum Cultural Guanajuato, de León. La dirección musical de Guido Maria Guida al frente de la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato; la artística de Sergio Vela. Y la iniciativa, del Liber Festival Wagner 2024, que organiza por segunda ocasión Arte y Cultura del Centro Ricardo B. Salinas Pliego.
El estreno nacional del jueves pasado congregó a varios operopatas conocidos, otros no tanto, pero igualmente dispuestos a permanecer en la sala durante más de cinco horas, divididas en tres actos y dos intermedios, que dura el drama sacro. Se trató de la primera de tres funciones que incluye la temporada, en un esfuerzo que resulta loable cuando el género escasea cada vez más en la cartelera: la función triple sólo ha sido posible con la vinculación pública-privada, entre un empresario (quien estuvo presente en el estreno) y un espacio estatal de Guanajuato.
"Parsifal" no es sencilla, y quizás por eso tardó tanto en estrenarse en México: su argumento principal es la búsqueda del santo grial, la copa sagrada que según la tradición recogió la sangre de Cristo al morir en la cruz, por parte de un "tonto inocente" que en el camino encuentra la redención y salva a la orden del santo grial. La aventura está llena de simbolismos y referencias al sacrificio, el dolor, la esperanza, lo divino, la fe, el bien y la maldad, e incluso, el deseo como forma de lo maligno.
El "Parsifal" de Vela en Guanajuato, originalmente presentado en el Festival Amazonas de Ópera de 2013, en Manaos, Brasil, contó con las voces del tenor búlgaro Martin Iliev como Parsifal, la mezzosoprano australiana Fiona Craig como Kundry, el argentino Hernán Iturralde en el papel de Gurnemanz y los mexicanos Jorge Lagunes como Amfortas, Óscar Velázquez como Klingsor y José Luis Reynoso como Titurel.
Episodio aparte resultó la escenografía de la obra, también a cargo de Vela. Tres escenarios diferentes se ven a lo largo de los actos, los tres sobrios, económicos, tratando de sacar el máximo a la maquinaría escénica en juego con la iluminación. Elementos escasos que son sustituidos por las actuaciones en escena: largos y lentos recorridos por tres caminos de madera, y uno más de agua; la utilería parece no hacer falta, los cantantes deben encargarse de mantener el hilo de la historia y alertar al público, quien batalla en el primer acto, pero recobra ánimo en el segundo.
El tercer acto es la divinización de Parsifal, y también de Sergio Vela. El personaje ha logrado recuperar la lanza sagrada con la que cura a Amfortas y restituye el ritual del santo grial. Él, termina glorificado y su travesía ha concluido. Vela viste de gloria el momento: el escenario más sobrio se convierte en un pedazo de cielo con efectos de humo y el brillo del grial se adivina con la cortina de luces en el fondo. Parsifal-Iliev pasa de la ingenuidad a la heroicidad, de la defenestración al reconocimiento divino.
Lamentable, sin embargo, resultó el escaso público. Si el Liber Festival arrancó con teatro lleno en el debut en México del violonchelista británico Steven Isserlis, a "Parsifal" no le fue igual, aunque quedan dos funciones para agotar las butacas: el sábado 20 de abril a las 18:00 horas y el martes 23 de abril, a la misma hora.
MAAZ