HISTORIAS DE LA CDMX

Decena trágica: cuando las batallas de la Revolución llegaron a la capital

Durante diez días, entre el 9 y el 18 de febrero de 1913, cruentos enfrentamientos terminaron con el derrocamiento del gobierno de Francisco I. Madero

CULTURA

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La Decena Trágica concluyó con la deposición de Francisco I. Madero como presidente del país.Créditos: Fototeca INAH

Se dice que, en realidad, la Ciudad de México nunca ha caído en las dos grandes luchas internas que han dado forma al país, la Independencia nacional y, desde luego, la Revolución mexicana

Con el llamado abrazo de Acatempan, las fuerzas realistas de Agustín de Iturbide y las independentistas de Vicente Guerrero terminaron de facto con la lucha; en tanto, los tratados de Teoloyucan sirvieron para finalizar las peleas entre bandos revolucionarios.

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Por lo regular, las batallas se ejecutaban en lo que eran las afueras de la entonces mucho más pequeña Ciudad de México. Una de las batallas más cercanas de la Independencia se realizó en Azcapotzalco, mientras que en la Revolución, el encuentro más cercano se dio en Tacubaya

Incluso las batallas que sucedieron antes de que los norteamericanos pusieran su bandera en el Zócalo ocurrieron relativamente lejos del centro: los últimos puntos de resistencia fueron Churubusco y Molino del Rey.

La Decena trágica fue una serie de sucesos violentos que sucedieron en la capital. Foto: Fototeca INAH

Sin embargo, hay un episodio que sí ocurrió cerca del centro de la capital y que concluyó con uno de los pocos magnicidios que han ocurrido en la historia de México: se trata de la Decena trágica.

¿Qué fue la Decena trágica?

Como Decena trágica se conoce al periodo de encarnizadas batallas entre golpistas y las fuerzas nacionales que ocurrieron en distintos puntos de la Ciudad de México entre el 9 y el 18 de febrero de 1913.

Sin embargo, el alzamiento en contra del gobierno de Francisco I. Madero, entonces presidente del país, llevaba tiempo cocinándose. El triunfo del Plan de San Luis y el exilio de Porfirio Díaz no fue bien recibido por personas aliadas con él, quienes intentaron recuperar el poder.

Entre los sublevados se encontraban algunos mandos militares, quienes no dudaron en emplear su poder en contra del gobierno. Así, el primer evento fue el llamado Cuartelazo del 9 de febrero, cuando los artilleros de Tacubaya y los internos del cuartel de San Fernando Tlalpan se levantaron.

Las refriegas afectaron profundamente a los habitantes de la capital. Foto: Fototeca INAH

Rápidamente, las tropas de Tlalpan llegaron a Palacio Nacional, mismo que capturaron. En tanto, los artilleros de Tacubaya lograron rescatar de la cárcel de Santiago Tlatelolco a Félix Díaz y luego se enfilaron hacia el Zócalo.

En la plaza se vivió una de las batallas más sangrientas de la Revolución. Sin embargo, las autoridades lograron recuperar el Palacio Nacional y provocar una desbandada en las tropas sublevadas, las cuales se atrincheraron en la Ciudadela.

El bombardeo de la Ciudad de México

Recientemente nombrado por Francisco I. Madero como jefe militar de la Ciudad de México, Victoriano Huerta intenta recuperar el dominio sobre la Ciudadela, una imponente fortaleza ocupada por los sublevados.

Sin embargo, el fuego de las ametralladoras barre literalmente con decenas de soldados que caen abatidos sin avanzar un ápice de terreno. Entre tanto, los ocupantes bombardeaban las inmediaciones del sitio, ubicado en las afueras de la ciudad.

Las inmediaciones de la Ciudadela estaban tomadas por el ejército. Foto: Fototeca INAH

La inestabilidad y la violencia en la ciudad hacen que los embajadores de Estados Unidos, Gran Bretaña y España le comuniquen sus inquietudes a Madero, incluso sugiriendo su renuncia como forma de lograr la pacificación de la capital.

En tanto, el tiempo pasa y la situación en la Ciudadela no cambia: Félix Díaz pide la renuncia de Madero para deponer las armas, propuesta que días después será retomada por senadores y por los embajadores de España, Alemania y Reino Unido, pero el entonces presidente no les hace caso.

Traición y muerte

Para el 15 de febrero, la situación es insostenible. La casa de Madero en la colonia Roma es incendiada, y Victoriano Huerta comunica que es materialmente imposible tomar la Ciudadela al no contar con las armas necesarias para hacerlo.

Tres días más tarde, el general Aureliano Blanquet, al mando del 29 batallón, apresa a Francisco I. Madero y al vicepresidente José María Pino Suárez, mientras que Gustavo A. Madero, hermano del presidente, es arrestado a su salida de un restaurante.

Al final, el golpe de estado fue concretado por Victoriano Huerta. Foto: Fototeca INAH

Gustavo A. Madero es llevado a la Ciudadela el 19 de febrero, donde un grupo de soldados lo tortura cruelmente, inclusive sacándole el ojo a punta de bayoneta. Horas después, lo acribillan a las puertas del sitio.

A través del embajador de Estados Unidos, Victoriano Huerta revela que tiene preso a Madero y Pino Suárez y desconoce su gobierno, haciendo que Pedro Lascuráin tome el poder unos minutos para entregárselo poco tiempo después. Con este evento culmina el proceso histórico conocido como Decena trágica.