Aunque se trata de uno de los héroes más conocidos, hay pasajes en la historia de Benito Juárez que no son muy conocidas. Para revelarlas, el autor José Luis Trueba invoca a otros importantes personajes para humanizar al prócer.
Y es que en “Juárez, la otra historia”, Trueba echa mano de reconocidos juaristas como Melchor Ocampo, pero también de rivales como la emperatriz Carlota, Antonio López de Santa Anna o Porfirio Díaz, para contar la historia menos conocida del presidente oaxaqueño.
“Como personaje de novela, con Juárez ocurre algo parecido a lo que sucedería con Zapata, que en sí es un personaje casi mudo, es muy difícil imaginarlo hablando. Cargando leyes es retefácil, con Zapata pasa lo mismo: verlo serio, con sus bigotazos, también es muy fácil, no es un personaje parlanchín como Pancho Villa, por ejemplo, que no da ningún trabajo para que hable.
“Otro problema era cómo mirar a Juárez, un personaje siempre polémico y entonces se me ocurrió la idea de que la novela fuera hilada, por una parte por una historia de Juárez, que arranca desde que cae el imperio hasta su muerte, y a esa historia se va sumando lo que cuentan otros personajes, desde su esposa, sus amigos y también sus enemigos”, cuenta Trueba.
Un héroe para todos
A lo largo de los años, la figura de Juárez ha sido empleada para reivindicar a centenares de políticos, incrementando el simbolismo de su historia y separándolo definitivamente de su parte más humana.
“Era un proyecto que yo venía arrastrando, que venía trabajando poco a poco y dio la casualidad de que fuera en este sexenio donde el juarismo anda, por supuesto, muy desatado.
“Desde los tiempos de don Porfirio hasta el gobierno actual, Juárez ha sido, tengo la impresión, uno de los héroes que siempre están en el candelero. Es una presencia en todos los gobiernos, se ha convertido en un personaje capaz de dotar a aquel que lo menciona, a aquel que promueve su culto en alguien legítimo, en alguien legal, en alguien amparado por la constitución y el liberalismo, entiéndase lo que se entienda por liberalismo”, argumenta el autor.
Una vida consagrada al poder
A lo largo de la investigación para este tomo, que sigue la saga que comenzó con los tomos “Moctezuma, la otra historia” e “Hidalgo, la otra historia”, Trueba descubrió algunos detalles interesantes sobre la vida del político oaxaqueño.
“La primera cosa que me sorprendió es que Juárez siempre es presentado como el adalid de la medianía republicana y descubrí que Juárez murió siendo un hombre muy muy rico, mucho más que la inmensa mayoría de los mexicanos en su época. Era dueño de casas, de fincas, incluso de huertas”, cuenta el autor.
En las páginas del libro, Trueba detalla cómo Juárez se benefició de la desamortización de los bienes de la Iglesia Católica para amasar una fortuna importante, pero también cómo la obsesión por el poder lo alejó incluso de quienes lo siguieron a riesgo de sus propias vidas.
“Me pareció también muy fascinante cómo Juárez se va quedando solo por estas ansias de permanecer en la presidencia, gente a la que le debe la vida, como Guillermo Prieto que impide que lo fusilen en Guadalajara, terminaron distanciados y peleados a muerte”, añade.
Aunque es consciente de que no es un libro de texto, Trueba destaca este proyecto como una forma de acercarse de manera diferente a un personaje que trastocó el desarrollo histórico del país.
“En un libro de historia tratas de contar lo que pasó, explicar y comprender lo que pasó, en una novela histórica no necesariamente; en una novela histórica tu cuentas algo de lo que pasó, algo de lo que pudo pasar y lo que a ti se te pegó la gana que pasara, pero ojo, esta mezcla de verdad, posibilidad e imaginación funciona maravillosamente porque nos permite acercarnos a una época, a un personaje y, lo más importante, es una novela”, concluye.