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Deshumanización en la historia y la actualidad: Cómo la fraternidad puede salvarnos

La deshumanización es un fenómeno que despoja a las personas de su humanidad, fomentado por el odio, los estereotipos y la propaganda política. A lo largo de la historia, ha permitido atrocidades, como lo demuestran ejemplos desde el nazismo hasta los discursos de líderes actuales.

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La mejor manera de combatir la deshumanización es por medio de la fraternidadCréditos: Freepik

¿Qué entendemos por deshumanización? Es el fenómeno psicológico que hace que los individuos o un grupo de individuos traten a otras personas como si fuesen “subhumanos” o séase tratan a los demás como si fueran “menos que humanos”. La pérdida de la humanidad en las personas puede ser provocada gracias a los mensajes de odio, discriminación, estereotipos entre otras, dichos actos pueden llevar a que se cometan actos atroces.

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A lo largo de la historia de la humanidad se han presentado distintas situaciones donde la deshumanización ha sido la protagonista. Un claro ejemplo puede ser como los nazis esclavizaron a los judíos por percibirlos inferiores. También podemos percibir un aumento considerable de asesinos seriales en la década de los 70s.

La pérdida de la humanidad en las personas puede ser provocada gracias a los mensajes de odio.
Créditos: Freepik

La política y los gobiernos hacen que este fenómeno sea más común de lo usual por medio de la otredad o la creación de un enemigo ficticio por medio de los estereotipos buscan convencer a su audiencia por medio de la propaganda que “lo diferente”, “lo distinto a mi” o lo “anormal” es malo y por eso hay que erradicarlo. Un claro ejemplo es Donald Trump, Nicolás Maduro y Adolf Hitler.

La mejor manera de combatir la deshumanización es por medio de la fraternidad que nos dice que “ninguna persona puede vivir por sí misma” por ello es importante conocer a los demás y de esa manera podemos reconocer que los demás sufren como nosotros mismos. La fraternidad también nos ayuda a reafirmar la humanidad ya que reconocemos y aceptamos las diferencias de los demás se vuelven esenciales en la vida.

Otra alternativa es la dignidad humana que nos dice que por el solo hecho de nacer humano eso nos hace humanos y poniéndonos en un ámbito más religioso visto desde el punto de vista de San Agustín todos somos hijos de Dios sin importar las diferencias.

Por Lilian Mareli Becerra Calderón

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